El presidente de la empresa china, que mantiene su interés en culminar la obra, pidió una intermediación ante el gobierno nacional. El CEO de Gezhouba llegó a Río Gallegos acompañado por el vicepresidente de Eling, la empresa argentina encargada de la construcción.
La empresa china Gezhouba, que construye las represas sobre el río Santa Cruz, le pidió al gobernador de la provincia de Santa Cruz, Claudio Vidal, que interceda ante el gobierno nacional, a fin de obtener certezas de los pasos a seguir con la obra.
Ante el mandatario santacruceño, llegaron el presidente de la empresa china, Zhang Jun y el vicepresidente de Eling (antes Electroingeniería) Carlos Bergoglio, la socia argentina a cargo de las obras civiles. Los empresarios quieren terminar la obra y pidieron la gestión de Vidal para obtener precisiones por parte del gobierno argentino.
En concreto, los representantes empresarios expresaron su preocupación por la continuidad de la obra y, fundamentalmente, por la falta de precisiones sore quién continuará al frente de ENARSA y sobre el financiamiento de las represas.
Además, solicitaron al gobernador patagónico sus gestiones con los sindicatos, que llevan adelante medidas de fuerzas ante las mismas incertidumbres que aquejan a las contratistas.
La represa Néstor Kirchner, también llamada Cóndor Cliff, de 73 metros de altura, cruzará el río Santa Cruz a 180 km al oeste de la ciudad de Puerto Santa Cruz, mientras que la represa Jorge Cepernic, de 41 metros y también llamada La Barrancosa, se situará 65 km aguas abajo. Juntas, las aguas retenidas cubrirán unas 47.000 hectáreas de una meseta fría, ventosa y con escasas precipitaciones, pero rica en vida animal y vegetal. Se trata de la obra de ingeniería más importante en el mundo entero, que una empresa china construye fuera de su país.
Para las empresas a cargo del proyecto, la constructora china Gezhouba Group –poseedora del 70 por ciento de las acciones– y las argentinas Eling e Hidrocuyo –que poseen el 20 y el 10 por ciento respectivamente–, las centrales ofrecen múltiples beneficios, incluyendo generación de energía renovable, menor importación de combustibles fósiles, incremento del 15 por ciento de la energía hidroeléctrica generada en el país y generación de empleo.
Las represas fueron pensadas en los años 50, y se pusieron en marcha oficialmente en 2008, aunque su construcción no se inició sino hasta 2015. Desde ese momento hasta ahora, una serie de obstáculos han interrumpido las obras.
El complejo del río Santa Cruz está previsto que alcance los 1.310 megavatios. La preocupación de los concesionarios radica en las declaraciones del actual presidente de la Nación, Javier Milei, quien ha manifestado su oposición a realizar negocios con países que considera “comunistas”, como China o Rusia.
Además, el gobierno nacional aún no ha definido las nuevas autoridades de Energía Argentina (ENARSA), la empresa pública que monitorea el avance de las obras. Según ENARSA, en la actualidad los trabajos en la represa Néstor Kirchner, ubicada aguas arriba, están avanzados en un 25 por ciento; en tanto que las tareas en la Jorge Cepernic se hallan al 40 por ciento.