La meta es mantener el límite del aumento de la temperatura global a menos de 1,5 °C, producto de las emisiones de gases de efecto invernadero. En la búsqueda de la “neutralidad cero” es imperativo establecer mecanismos internacionales de mercado de carbono que, justamente, a través de diversos mecanismos fundados en soluciones basadas en la naturaleza tienen la capacidad de captar esos gases y preservar el ambiente. La Mesa de Carbono Forestal Nacional – MCFN – estuvo presente en Dubái en donde faltaron definiciones en cuanto a los artículos 6.2, 6.4 y 6.8 del Acuerdo de París.
Argentina tiene hoy una oportunidad única para posicionarse en el mundo a través de los mercados de carbono, los cuales crecen rápidamente a nivel regional y global, generando un importante impacto ambiental, social y económico. A nivel regional y como bloque, América Latina también es una pieza fundamental, ya que sus importantes ecosistemas y recursos naturales brindan grandes oportunidades de generación de proyectos de carbono para la reducción y compensación de emisiones de empresas, gobiernos y personas en todo el mundo.
Una comitiva de más de 200 personas participó desde Argentina. Una de ellas fue el abogado y socio del estudio Beccar Varela y miembro activo de la Mesa de Carbono Forestal Nacional (MCFN), Manuel Frávega. “Pudimos identificar 3 COP diferentes, una de corte oficial y diplomático. Otra de un alto nivel político, con la presencia de más de 150 líderes mundiales y una que podríamos llamar la COP de la gente, con representantes de pueblos Indígenas, jóvenes, filantropía y organizaciones internacionales” explicó Frávega. “El hito más destacado es el acuerdo mundial para la eliminación progresiva de la energía del carbón y otros combustibles fósiles de una manera justa, ordenada y equitativa, con los países desarrollados a la cabeza. Así como una clara llamada a g enerar proyectos de reducción de emisiones para 2025. Se alcanzó, asimismo, un acuerdo histórico sobre la puesta en marcha del fondo de pérdidas y daños y los mecanismos de financiación por más de 700 millones de dólares. África será el principal destinario de estos fondos. Se planteó un “nuevo objetivo colectivo cuantificado sobre la financiación de la lucha contra el cambio climático” para 2024, que partirá de una base de 100.000 millones de dólares al año” completó el abogado.
¿QUÉ PASA CON LOS MERCADOS DE CARBONO EN EL MUNDO?
Una voz experta en los mercados de carbono y quien también estuvo presente en Dubái es Marcelo Taboada de GBM/Nideport, otro integrante de la Mesa. Taboada hace un análisis detallado y profundo sobre el futuro de este sector. “El tema relevante en nuestro caso es si se cumplirán finalmente los mercados internacionales de carbono con lo establecido. El artículo 6 del Acuerdo de París de 2015 detalla cómo los países pueden cooperar para alcanzar sus objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, tal como se establece en sus contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés)” opina Taboada.
“Debemos considerar 3 aspectos relevantes. Primero, que el artículo 6.2 abarca los acuerdos de créditos de carbono de gobierno a gobierno en los que los créditos – conocidos como resultados de mitigación transferidos internacionalmente – se notifican a un registro central. Dentro de este esquema los acuerdos, por sus siglas en ingles se denominan ITMOS. Hasta la fecha, se han celebrado tres acuerdos bilaterales de conformidad con el párrafo 2 del artículo 6, cada uno de los cuales tiene a Suiza como comprador”.
En segundo lugar, Taboada hace referencia al párrafo 4 del artículo 6 – sucesor del antiguo Mecanismo de Desarrollo Limpio y que consta con un Órgano de Supervisión integrado por 12 personas – en donde dice que “ha presentado algunas normas positivas, en particular las que establecen en qué condiciones las absorciones de carbono de los bosques, pastizales, turberas y otros ecosistemas naturales pueden contabilizarse para un crédito de carbono. Se plantearon varios temas resaltando que hay que tener en cuenta para el carbono voluntario y el artículo 6 en la COP 28, centrados en el balance mundial, que implica algo más que hacer un balance de las acciones pasadas. El objetivo principal es crear mecanismos para aumentar drásticamente la ambición durante los próximos cinco años.”
“Las negociaciones sobre el clima en el marco del artículo 6.4 avanzaron a medida que los países parecían ponerse de acuerdo sobre el lenguaje clave con respecto a los tipos de actividades reconocidas en el marco del mecanismo, reconociéndose la necesidad de una transición de las actividades y programas a proyectos de forestación y reforestación. Existe el riesgo de que las metodologías desarrolladas en virtud del punto 6.4 sean demasiado políticas. Específicamente, que algunas metodologías tendrán que ser revisadas con demasiada frecuencia, o que los créditos serán ‘temporales’, como fue el caso bajo el Mecanismo de Desarrollo Limpio. También puede suceder que se decida que las absorciones de carbono tienen que ser adicionales a los objetivos de la Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) en lugar de ser reconocidas como una herramienta para cumplir con las NDC, y esto podría retrasar la acción sobre las absorciones” completa el directivo de Nideport.
Y finaliza: “el tercer pilar del artículo 6, párrafo 8, que abarca las formas no comerciales de cooperación internacional para la reducción de las emisiones, es el menos examinado hasta la fecha”.
¿QUÉ PASA EN ARGENTINA?
A poco más de un año de su creación, la Mesa de Carbono Forestal Nacional – MCFN – ya nuclea a más de 40 empresas, instituciones y personas de la cadena de valor de los mercados de carbono forestal de Argentina. “Todos nuestros miembros trabajan en la conservación, manejo mejorado y restauración de bosques nativos y en la producción forestal, representando en este último caso el 80% de las plantaciones forestales del país. De hecho, en Argentina se desarrollan proyectos de carbono forestal desde hace más de 15 años en distintas regiones y con diferentes tipos de abordajes, en 20.000 hectáreas aproximadamente y con un potencial de mitigación de más de 1.600.000 toneladas de CO2 de los cuales ya se llevan mitigadas más de 500,000 t de carbono” manifiesta Juan Pedro Cano, Coordinador de la Mesa.
Recientemente la Mesa difundió un informe en el cual se indica que se estén evaluando, desarrollando y certificando proyectos por una superficie de más de 400.000 hectáreas por distintos miembros de la entidad, lo cual equivale a dos veces la superficie de bosque perdido en el año 2022, según el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación. Esta superficie equivale, asimismo, a casi 20 veces la superficie de la Ciudad de Buenos Aires (CABA tiene 20.300 hectáreas). De implementarse estos proyectos, permitirían capturar y prevenir emisiones por un total aproximado de 50 millones de toneladas de CO2, lo cual equivale a más del 60% de la meta de reducciones de emisiones a 2030 establecida por Argentina en su Plan Nacional de Bosques y Cambio Climático.
“El tiempo se acaba. Debemos lograr reducciones rápidas de las emisiones en esta década e impulsar el despliegue de las eliminaciones de carbono que necesitamos para lograr el cero neto. No puede haber cero emisiones netas sin mecanismos internacionales de mercado de carbono” sentencia el comunicado de IETA (International Emissions Trading Association) – entidad fundada en 1999 con el objetivo de construir sobre los mecanismos económicos creados por el protocolo de Kioto para lograr objetivos climáticos con un mínimo daño económico.
De la misma manera, a la hora de proyectar posibles abordajes para realmente promover el desarrollo de los mercados de carbono en Argentina, se considera que deberían sentarse las bases mínimas para el desarrollo de un mercado amplio y flexible. “Se recomienda la elaboración de instrumentos para promover, apoyar y dar reconocimiento al desarrollo, certificación e implementación de proyectos de carbono y la comercialización de las capturas y reducciones que se generen. Es preciso contar con seguridad jurídica para atraer inversiones que permitan desarrollar proyectos a distintas escalas y con distinto impacto ambiental, social y económico, especialmente para promover proyectos de captura y reducción de emisiones que puedan complementar modelos productivos actuales. Sumado a todo esto, es necesario haya claridad en la distribución de compet encias y roles entre los distintos niveles de gobierno federal (nivel nacional y nivel provincial) dentro del marco normativo e institucional de los mercados de carbono” manifestó Cano.