Las ciudades chinas continúan intentando reducir sus niveles de contaminación. En una nueva iniciativa, Pekín está planeando seguir el ejemplo de otras urbes como Shanghái, abriendo una serie de pasillos que la crucen para facilitar que el aire fluya y ventilar así la contaminación.
Esta es la última medida que estudian las autoridades para combatir la acuciante contaminación del aire con la que allí hay que convivir.
Así, la capital del gigante asiático estudia abrir cinco pasillos principales de norte a sur, de unos 500 metros de ancho, y otros secundarios, de unos 80 metros. Estos se crearán a través de la conexión de parques, ríos y lagos de la ciudad, rutas y zonas verdes, así como también de edificios de poca altura.
“Los pasillos de ventilación pueden mejorar las corrientes de aire en la ciudad y facilitar así que el viento se lleve el calor y los contaminantes, lo que aliviará el efecto isla de calor urbano y la polución del aire”, explicó el subdirector del Comité de Planificación Urbana de Pekín, Wang Fei.
De forma similar, detalló, también se está estudiando la posibilidad de construir otros pasillos pequeños en los que se limitará la construcción y donde los “obstáculos en el camino serán retirados gradualmente”.