El corredor de seguros y consultor líder en el mundo, Marsh McLennan, propuso adoptar metodologías y criterios climáticos para mitigar riesgos en entidades financieras, durante la 13° edición del Risk Forum, la conferencia enfocada en mejorar prácticas para la gestión integral de los riesgos corporativos. En este punto, Sebastián Tobio, líder del Departamento de Consultoría en Marsh Latinoamérica señaló que los ecosistemas naturales y su dirección avanzan hacia un punto de no retorno, por lo tanto, los compromisos de protección de la naturaleza son vitales para limitar los efectos del cambio climático. “La pérdida de recursos tiene efectos en cascada que siguen acelerando este proceso. Fenómenos como la excesiva conversión de tierra para hacer frente a la creciente demanda de alimentos sigue siendo una de las principales causas de extinción de especies. A su vez, los desarrollos agresivos en infraestructuras verdes pueden contradecir los imperativos de conservación de la naturaleza”, dijo Tobio, quien integró uno de los paneles sobre Gestión de Riesgos Ambientales y Sociales, junto a Matías Pisani, responsable de Riesgos en Banco Supervielle. Ambos ejecutivos compartieron sus perspectivas sobre la importancia de la toma de conciencia, las metodologías correctas, los criterios climáticos que utilizan las entidades financieras y los análisis para evaluar la sostenibilidad de los modelos de negocios de las entidades.
Luego en el panel, ambos oradores discutieron sobre los criterios de ESG, presentando que ya no son una ocurrencia tardía, sino que impulsan la toma de decisiones y se integran con la sostenibilidad. Más del 90% de los estudios comprueban la conexión que hay entre los factores ESG y el desempeño financiero de las compañías, y muestran una correlación positiva entre ambos. En cuanto a las regulaciones, existen más de 1800 leyes y políticas relacionadas con el clima vigentes en todo el mundo. Por su parte, los consumidores contribuyen a la obtención de una mayor reputación, que se traduce en hasta un 11% más de capitalización de mercado. En el sector de empleabilidad, se registró un 50% de reducción en la rotación, ahorrando entre un 90 y un 200% del empleado retenido.
Tobio también profundizó sobre el impacto que tiene la ESG en las distintas áreas de las organizaciones. El ejecutivo explicó que las empresas suelen estar expuestas a dos tipos de impactos del cambio climático: los impactos físicos y los relacionados con la transición.
Los riesgos del tipo físicos son aquellos que afectan el valor de los activos financieros que surgen de eventos relacionados con el clima y el tiempo. La primera categoría de este tipo de impacto son aquellos crónicos, de cambios a largo plazo, como la erosión costera, el aumento del nivel del mar, cambios en los patrones de precipitación, sequías, entre otros. También existen los impactos agudos, derivados de eventos de mayor frecuencia y severidad de fenómenos meteorológicos extremos como inundaciones, incendios forestales, huracanes, movimientos de masas de tierra, etc.
Por otra parte, los riesgos de las transiciones son repercusiones financieras del ajuste, hacia una economía con menos emisiones de carbono. El primer aspecto a tener en cuenta aquí son los del tipo político y legal, vinculados a acciones políticas relacionadas con el clima, como por ejemplo impuestos sobre el carbono o restricciones a las emisiones de gases de efecto invernadero. Asimismo, la disrupción del mercado por las nuevas tecnologías, como almacenamiento de baterías, es otro factor a considerar. La visión de Marsh en este punto es que no se invierte lo suficiente en innovaciones tecnológicas que reduzcan el perfil de carbono, y que hay altos costos iniciales para pasar de una tecnología de menores emisiones. De igual modo, las organizaciones detectan cambios en el comportamiento de los clientes, con una marcada inclinación hacia las empresas “verdes”. En el aspecto reputacional, el riesgo está en el aumento de la preocupación de las partes interesadas o comentarios negativas de las mismas.
Tomando todo esto en consideración, Marsh elaboró un mapa de estrategias y metodologías a implementar por las distintas áreas organizacionales. Como paso inicial está la revisión de madurez y análisis de mejoras, para implementar mejores prácticas regionales y marcos regulatorios. Algunos de los cambios serían crear un registro de riesgo para identificar fortalezas y áreas de oportunidad, realizar una evaluación en materia de ESG que informe a los accionistas sobre las prioridades y articular el progreso con todas las áreas involucradas.
Luego, el mapa de ruta y diseño de estrategia para ESG incluirá redactar un plan de acción para direccionar riesgos claves, en donde se definan metas con niveles de riesgos, y se desarrolle una estrategia climática que incluya la definición de Gobernanza y los objetivos del modelo operativo.
El análisis del escenario climático también es un paso clave para entender justamente el panorama de riesgos físicos y de transición, además de realizar un reporte alineado a los estándares internacionales Por último, encontramos la implementación de la estrategia climática, optimizando su efectividad con indicadores de medición que respalden los informes internos y externos y seguimiento contra la estrategia.