Equipado con sensores ópticos capaces de reconocer sutiles variaciones en el “color” del mar que permitirían generar información valiosa para los ámbitos científico, productivo y de toma de decisiones, el Satélite de Aplicaciones Basadas en la Información Ambiental del Mar, (SABIA-Mar)prevé completar este año la Revisión Crítica de Diseño de la Misión para ser puesto en órbita en 2024.
Tiene como objetivo proveer información y productos para el estudio de la productividad primaria del mar, los ecosistemas marinos, el ciclo del carbono, la dinámica de las aguas costeras, el manejo de recursos pesqueros y la calidad del agua en costas y estuarios
Con este nuevo satélite se dispondrá de datos con una buena resolución sobre la región costera de la Argentina e información de mayor calidad sobre los mares.
Entre las variables que se estudian del mar y que “hablan” de su composición y comportamiento una importante es la concentración de clorofila A, que es el pigmento verde de las algas. Esta variable señala cuánto fitoplancton hay en el agua; un dato relevante porque es el primer eslabón de la cadena trófica marítima y un indicador ambiental para el monitorio del cambio climático ya que la mayor parte de la fotosíntesis ocurre en el mar.