Uno de los temas clave de la transición energética y ambiental es la gestión integral de los residuos sólidos. Ante esta situación desde la Subsecretaría de Ambiente, a cargo de Ana María Vidal de Lamas, avanzan en la coordinación de políticas público-privadas que puedan dar respuesta a esta problemática actual.
Desde el comienzo de su gestión, junto con el Secretario de Turismo, Ambiente y Deporte, Daniel Scioli, la Dra. Ana Lamas y su equipo recibieron a casi un centenar de intendentes y funcionarios de todo el país con una problemática común: la gestión de residuos en sus municipios, y las necesidades de infraestructura, equipamiento y una nueva estrategia GIRSU.
La articulación de acciones para la gestión integral de residuos agrupa, por un lado, a la gestión de los gobiernos nacionales, provinciales y municipales, y por otra parte a las cooperativas y empresas recolectoras, operadoras, recicladoras y transformadoras de residuos en nuevos insumos o energía. En este sentido, Gustavo Fernández Protomastro, director de residuos de la Subsecretaría destacó también el rol del financiamiento y la necesidad de empresas que se comprometan por el recupero y valorización de los residuos.
“La transición energética y ambiental requiere repensar el paradigma de la gestión integral de los residuos sólidos. En tiempos de restricciones monetarias y necesidades de recursos entre los actores de la gestión municipal, cooperativa y empresaria de los residuos, las soluciones para el desarrollo sostenible vendrán de una articulación pública-privada para la gestión sustentable, inclusiva y eficiente de los residuos, liberando las potencialidades de la economía circular”, señaló Protomastro a Futuro Sustentable.
“Para que los pasivos residuales de la producción y el consumo se transformen en activos ambientales, ya sea como materiales recuperados/reciclados como insumos de nuevos procesos (plásticos, vidrios, fibras celulósicas, metales, etc.), activos energéticos (combustible recuperado de residuos, biogás/biometano de rellenos) o material estructurante de paisaje (rellenos de fardos secos o cicatrización del paisaje con domos sobre antiguos basurales) se requiere un esfuerzo conjunto entre los vecinos, los municipio, los generadores privados, los recuperadores urbanos y los sistemas de higiene urbana. Pero también deben participar los fabricantes, marcas y la cadena de comercialización, vía la REP, de todos los productos o envases que, cumplido su ciclo de vida útil, todos desechamos”, agregó.
El impulso de la Economía Circular y el desarrollo de los esquemas de Responsabilidad Extendida del Productor implica inversión en infraestructuras desplegadas en el territorio, con presencia en cada municipio o en consorcios regionales; así como su operación y mantenimiento, como ser:
- Contenedores u otras estructuras para la recolección diferenciada,
- Puntos verdes y estaciones de transferencia;
- Plantas municipales/cooperativas de separación y recupero;
- Centros de almacenamiento transitorio de RSU diferenciado o indiferenciado;
- Plantas de recupero, reciclado y transformación en insumos reciclados de las distintas corrientes residuo;
- Plantas de compostaje y biogás;
- Rellenos sanitarios transformados en estructura de paisaje o biorreactores;
- Organizaciones de Responsabilidad Extendida del Productor (OREs, o PRO de Producer Responsibility Organizations), donde los Productores/Gestores de Residuos se integran en Programas de Gestión Autofinanciados de ciertas corrientes, como ser neumáticos, baterías de plomo o litio, vehículos usados, residuos electrónicos, medicamentos vencidos, etc.
“En todos los casos, se requiere atraer capital vía financiamiento nacional e internacional, pero por, sobre todo, de empresas que apuesten por el recupero de materiales, energía o valorización de los residuos. Para ello, los municipios deberán trabajar en el costeo y financiamiento de los servicios de recolección y valorización de residuos; pero también se requieren inversiones privadas vías Programas REP para potenciar el valor de los reciclables o de transformación del biogás de la fracción orgánica en biometano que pueda inyectarse en la red de gas o usarse de fuente energética, al igual que los Combustibles Sólidos Recuperados”, concluyó.