Las autoridades ambientales de Estados Unidos investigan la muerte de más de 270 delfines nariz de botella en la costa del Golfo de México, al parecer debido al contacto con agua dulce por las fuertes lluvias en ese país.
Entre el 1 de febrero y el último jueves, 279 delfines fueron hallados varados en la costa sur estadounidense, entre los estados de Florida y Luisiana, de los cuales el 98 por ciento murieron, dijo hoy Allison Garrett, vocera de la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera (NOAA) a EFE.
Se trata del triple del “promedio histórico de 87” animales en el mismo período en las costas de Luisiana, Misisipi, Alabama y Florida, detalló Erin Fougeres, administradora del Programa de Mamíferos Marinos Varados de la Región Sudeste de Pesquerías de NOAA.
“Algunos de los delfines varados tuvieron lesiones visibles en la piel que son consistentes con la exposición al agua dulce”, indicó la experta.
Los animales exhibieron hallazgos patológicos, patrones de comportamiento, signos clínicos o condición física general similares o inusuales, señaló por su parte Teri Rowles, coordinadora del programa de la NOAA para mamíferos marinos varados.
Los científicos investigarán tanto la baja salinidad debidos al flujo de agua dulce de los ríos como también otras posibles causas, entre ellas efectos persistentes de derrames petróleo en el Golfo de México, añadió.
A raíz de lo ocurrido, las autoridades ambientales declararon esta semana el llamado “Evento de Mortandad Inusual (UME, en inglés)” de mamíferos marinos y designarán un coordinador para investigarlo.
Según la NOAA, muchos de los delfines están muy descompuestos, lo que limita la capacidad de recolectar muestras para determinar la causa de la enfermedad o la muerte y otros quedaron varados en lugares remotos, lo que limita la capacidad para examinar o recuperar el cadáver.
Los delfines de nariz de botella se encuentran en todo el mundo, tanto fuera de la costa como en puertos, bahías, abismos y estuarios de aguas templadas y tropicales.