En una granja ubicada al sur de Australia, la firma fabricante de invernaderos Sundrop Farms está utilizando energía solar para desalinizar agua y cultivar tomates en un paisaje desértico.
Según la empresa, la instalación -que está tasada en unos 150 millones de dólares- redirecciona los rayos del sol con 23.000 espejos hacia una torre a fin de generar la energía necesaria para alimentar un sistema de desalinización. Así se extrae agua del cercano golfo Spencer y se genera hasta 1 millón de litros de agua dulce al día.
Gracias a este novedoso método, la granja llena ocho camiones diarios con tomates cultivados en invernadero. Se espera que produzca más de 15.000 toneladas al año cuando alcance su capacidad máxima de rendimiento.