Los pescados y mariscos elaborados a partir de fuentes vegetales o cultivados son hoy una respuesta a las toxinas, la sobrepesca y la destrucción del hábitat. Esta es la premisa de la startup israelí de tecnología alimentaria Plantish que da respuesta a la preocupación por la sobrepesca, los antibióticos, las hormonas, el mercurio y los microplásticos que generan una ola mundial de interés en alternativas al pescado basadas en plantas y cultivos no convencionales.
La empresa de Rehovot desarrolla una tecnología de fabricación aditiva para imprimir en 3D un análogo de filete de salmón de vista y sabor similar al original. Pero vegano, de bajo costo y a gran escala. El filete está diseñado para contener las mismas proteínas, vitaminas B y ácidos grasos omega-3 y omega-6 que el salmón real, pero sin toxinas ni huesos.
Ofek Ron, cofundador y director ejecutivo de Plantish, afirmó que la meta de compañía es “salvar a los océanos y erradicar la necesidad de consumir animales marinos si hay opciones más sustentables, nutritivas y deliciosas”. En efecto, los principales obstáculos son el sabor y la textura.
La pesca comercial -y sobre todo la práctica destructiva del hábitat de arrastre de fondo-, produce contaminación y la pérdida de especies marinas y biodiversidad. El mercado del pescado alternativo es una buena opción.