La Comisión de Comercio Internacional norteamericana concluyó que las importaciones de biodiesel desde Argentina, y de Indonesia, perjudicaron a los industriales estadounidenses de dicho rubro, al gozar de subsidios en sus respectivos países, por lo que fijó la imposición de aranceles por los próximos cinco años.
De esta manera, ese organismo, que funciona de manera independiente dentro de la administración norteamericana, cerró la investigación quqe había iniciado en marzo pasado ante la presentación de la industria del biodiesel norteamericano.
En la práctica, las ventas argentinas de biodiesel a EE.UU. están vedadas desde agosto pasado, cuando el Departamento de Comercio norteamericano resolvió aplicar aranceles de hasta 64% (que elevó a 72% el mes pasado) al combustible verde argentino, por considerar que el sector se encuentra subsidiado por el diferencial que goza el biodiesel (0%) en el esquema de retenciones a la exportación con la soja sin procesar (35%).