Islandia es quizás uno de los países más fascinantes del planeta. Sus paisajes, su misteriosa cultura y su enorme atractivo turístico en una zona donde viven muy pocas personas, la convierten en un lugar único. La belleza de este territorio varía en cada estación y -aunque muchos no lo crean- no es una nación tan fría como parece.
Sin embargo, este invierno ha superado todos los récords. Recientemente la capital del país, Reykjavik, fue azotada por una fuerte tormenta, la nieve alcanzó un máximo de 51 centímetros, algo que no ocurría desde 1937, año en el que también la nieve superó los 50 centímetros.
Cualquiera pensará que las temperaturas descendieron de manera estrepitosa. Pero no, apenas alcanzó los -6 grados a las 3:00 horas; lo que ni de lejos se asemeja a lo que ocurre en ciudades realmente heladas como la rusa Oimiakon, en donde viven a menos 50 grados, o Norilsk, una urbe tan fría como contaminada.