“En Argentina tenemos una falta total de procesos de transición, tenemos una apuesta unidireccional que es explotar más fuertemente los combustibles fósiles, estamos jugando con cosas que no van a tener remedio”, con estas palabras, el Director Ejecutivo de FARN, Andrés Nápoli, presentó oficialmente la 14° edición del Informe Ambiental FARN, “Abordar una transición socioecológica integral: el desafío de nuestro tiempo”.
El IAF es el informe anual característico de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales y es considerado como la publicación que posee mayor continuidad y actualidad en materia ambiental dentro de Argentina. Este año el informe busca reflexionar sobre cómo construir transiciones en las distintas actividades económicas, sin duda los desafíos son múltiples; pero el más grande se vincula a construir un debate de ideas necesario para pensar en otros rumbos posibles para el país.Los panelistas invitados de esta edición fueron Gladys González, Senadora de la Nación por la Provincia de Buenos Aires y Presidenta de la Comisión de Ambiente y Desarrollo Sustentable en el Senado; Jorge Lapeña, Presidente del Instituto Argentino de la Energía Gral. Mosconi; y Gabriela Wysikier, investigadora independiente del CONICET e integrante del Grupo de Estudios Críticos e Interdisciplinarios sobre la Problemática Energética (GECIPE).
La periodista Tais Gadea Lara, moderó el conversatorio y abrió el debate al panel: “Cómo construir una transición ecológica integral, el desafío de nuestro tiempo”.
Gladys González, en una de sus intervenciones en el panel, reflexiono: “Desde el Estado tenemos muchas discusiones pendientes, tenemos desafíos de una naturaleza institucional que no están resueltos. Cuando pensamos en la transición, nos preguntamos: ¿con qué Estado hacemos eso? porque el Estado que tenemos no está preparado”.
En esta línea, Jorge Lapeña, afirmó que la Argentina “no tiene un plan de transición energética, nunca hay buenos vientos para un piloto que no sabe dónde va”, además agregó: “Mientras la política no dirija quien fijará las reglas de la transición serán las corporaciones”.
Por su parte, Gabriela Wysikier, advirtió que “los países de América Latina van en dirección contraria a la transición energética, porque apuestan al desarrollo vía industrias extractivas”. De hecho, la investigadora del CONICET mencionó que en la explotación de hidrocarburos “hay un consenso que es aceptado por gobiernos de distinto tipo político, a nivel nacional como provincial”.
“Desde el sector político hay gente que es más papista que el papa, en nombre de la producción y generación de empleo defienden cosas que ya ni el sector productivo defiende”, sumó la senadora González. “Son pocos los negacionistas, lo que hay es subestimación, por desconocimiento y por lobby, el cual logra hacer mella e incidir en las decisiones políticas porque los dirigentes no saben defender con argumentos y convicción las posturas para llevar adelante la agenda ambiental”, resumió la senadora.
Entre las conclusiones del IAF, se puede leer: Pese a ello, las comunidades movilizadas en defensa de los bienes ambientales nos recuerdan una y otra vez la urgencia e importancia de proteger a la naturaleza. Los territorios no pueden ser zonas de sacrificio ambiental.
La crisis climática y ecológica es un hecho y lamentablemente este cuadro se agrava si se tiene en cuenta que el conflicto entre Rusia y Ucrania eleva los precios de los hidrocarburos lo que profundiza la idea de una salida agroexportadora basada en el agronegocio y la expansión de la infraestructura hidrocarburífera”.
Pese a que la urgencia de actuar está sobre la mesa y que la ventana para accionar se achica, son múltiples las iniciativas a nivel nacional que ignoran los desafíos ambientales existentes y continúan por la senda que nos trajo hasta aquí.