El contexto internacional de la guerra entre Rusia y Ucrania que hace retroceder el proceso de transición energética repercute en nuestro país. Por otro lado, la agenda ambiental parlamentaria local tiene serias falencias por desconocimiento, que detienen la sanción de leyes como la de Envases o la de Humedales, en este último caso demorada desde hace diez años.
Andrés Nápoli , Director Ejecutivo de FARN dialogó sobre este y otros temas con Pablo Gago en el programa Futuro Sustentable, AM 1220, radio EcoMedios.
Futuro Sustentable: ¿En qué estado nos encontramos en materia ambiental?
Andrés Nápoli : El contexto que estamos viviendo, tanto local como internacional, no es favorable para pensar en la sostenibilidad. La guerra Rusia-Ucrania de algún modo retrasa el cambio de matriz energética que el mundo necesita. Me preocupa que países que estaban en proceso de transición energética muten a un espacio de seguridad energética. Fundamentalmente Europa se está asegurando la provisión de energéticos antes que priorizar transiciones.
A nivel local estas tendencias nos retrasan fuertemente porque se va a tender a asegurar lo que se tiene y no avanzar en la transición. Aunque en la Argentina asegurar la energía fósil cuesta muchos millones de dólares. No es un tema sencillo, no es solo hacer un pozo y sacar el gas. Hay que hacer un gasoducto para transportarlo y estamos viendo lo que cuesta hacerlo, y son yacimientos intensivos en términos de capital y hay que asegurar el dinero, antes que nada.
FS: ¿Qué opinión tenés de la construcción del gasoducto Néstor Kirchner?
AN: Nosotros nos hemos pronunciado hace mucho. ¿Cuál es la proyección que tiene la Argentina en términos de gas? Tiene un déficit enorme por eso lo tiene que importar. Para poder sacarlo de Vaca Muerta, no solo tiene que invertir muchísimo dinero allí, sino que tiene que construir mucha infraestructura. La pregunta que hay que hacerse es cuánto tiempo va a durar esa infraestructura y cuál va a ser el repago. Porque se cree que vienen los privados a invertir y hacer la infraestructura y no es así. La cantidad de subsidios que pone el Estado en Vaca Muerta -y lo que va a tener que asegurar en el repago del gasoducto que se va a construir-, significa muchísimos dineros públicos. Y eso en términos de una matriz internacional es bastante riesgoso, porque el gas es algo que no va a tener tanto tiempo de duración. Ahí hay que hacer las cuentas muy claramente.
FS: Los municipios son los que tienen el contacto con la industria y, sin embargo, no están muy fortalecidos. ¿Deberíamos darles a una estructura económica para que se puedan fortalecer a la hora de ejercer control y fiscalización ambiental?
AN: Sin duda los municipios están en contacto con los problemas ambientales en el territorio. Cuanto más próximos estemos al territorio más rápido vamos a poder controlar las situaciones críticas que ocurren allí. Pero tienen pocas competencias. Por ejemplo, los municipios de la provincia de Buenos Aires, no son autónomos, son autárquicos, y las competencias están concentradas en la ciudad de La Plata, la capital de la provincia, para controlar un conjunto que es tan grande como un país. Eso significa impacto y falta de control. En los municipios de otras provincias que son autónomos, hay falta de recursos y tienen poca capacidad para controla. Creo que hay que replantear esta mirada.
Si hay un federalismo ambiental donde los recursos naturales pertenecen a las provincias, hay que fortalecer a las provincias y fundamentalmente a los municipios, cosa que no estamos logrando.
FS: ¿Qué le falta al Congreso para entender que la agenda ambiental es de suma importancia?
AN: Más que faltar le sobra, por ejemplo, lobbies legislativos. Si no, no estaríamos hacer diez años esperando que se sancione la Ley de Humedales. Pero sí le falta al Congreso conocer la urgencia de tener normativas. En un país donde se cumple poco la ley ¿por qué necesitamos leyes? Porque las poquísimas políticas ambientales vienen precedidas de normas. La protección de bosques ni se comenzó a hacer hasta que no se sancionó la Ley de Bosques. La protección de glaciares –que no se ha hecho mucho- se comenzó a hacer a partir de la sanción de la Ley de Glaciares. Y así va a pasar con la Ley de Humedales, nada va a pasar hasta que no se de una ley que unifique los estándares a nivel país y que le indique al funcionario provincial o municipal qué es lo que tiene que hacer cuando vienen a pedirle un permiso de obra arriba de un humedal.