Schneider Electric respalda la necesidad de establecer una métrica universal que mida el impacto de las organizaciones sobre la biodiversidad. La empresa de transformación digital, gestión de energía y automatización, asumió el compromiso de alcanzar ninguna pérdida neta de la biodiversidad para 2030.
De acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), las actividades económicas que buscan la no pérdida neta (NPN) de la naturaleza siempre deben seguir la “Jerarquía de la Mitigación”: El primer paso es evitar, siempre que sea posible, los impactos negativos en la biodiversidad, por ejemplo, se puede rediseñar un proyecto para evitar hábitats sensibles. Luego se deben minimizar los impactos que no se pueden detener. Cuando las medidas preventivas, anteriormente mencionadas, no son posibles, la tercera fase es remediar el daño y el paso final es compensar por completo cualquier pérdida residual de biodiversidad.
Con el objetivo de actuar globalmente en la preservación y restauración de la variedad biológica, Schneider Electric se ha asociado con instituciones de todo el mundo, como Global Footprint Network y World Wide Fund for Nature (WWF), para apoyar acciones de concienciación sobre la naturaleza. Además, para 2025, la compañía se comprometió asegurar que el 100% de sus unidades cuenten con programas dedicados a la temática y que todas sus operaciones que se encuentren en lugares con “estrés hídrico” tengan planes orientados a la conservación del agua. Un esfuerzo que resulta de suma importancia porque, a diferencia del calentamiento global, la conservación de la biodiversidad depende muchas veces de la acción local.
Emisiones de carbono y biodiversidad
En este contexto, Schneider Electric realizó su primera evaluación integral de la huella sobre la biodiversidad con Global Biodiversity Score (GBS), una herramienta de análisis que permite establecer qué impactos tienen las actividades económicas en la variedad biológica.
El análisis, realizado por CDC Biodiversité con el apoyo de PRé Consultants, midió la huella de biodiversidad de la empresa utilizando el GBS, identificando que el 70% de los efectos negativos de sus negocios sobre la diversidad biológica provenía de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Mientras que el uso del suelo fue responsable sólo del 30% de los impactos.
Luego de analizar estas mediciones y para reducir la huella de carbono de su negocio, Schneider Electric reforzó y aceleró sus ambiciones climáticas, comprometiéndose a lograr cero emisiones netas en sus operaciones para 2030 y en su cadena de suministro para 2050. Su estrategia para alcanzar cero emisiones netas para 2050 se llama Carbon Pledge y cuenta con objetivos intermedios para 2025, 2030, 2040 y 2050.
Para cumplir con la meta fijada para el 2025, la compañía creó varias iniciativas, entre ellas el Proyecto Carbono Cero que consiste en una alianza con sus 1.000 principales proveedores en todo el mundo para que puedan reducir a la mitad las emisiones de GEI en sus operaciones. Cabe destacar que la huella de carbono de los proveedores representa el 70% de las emisiones de carbono de Schneider Electric