Gracias a la lluvia y al descenso de las temperaturas, que facilitaron las tareas de extinción, mejora la grave situación vivida en los últimos días por la oleada de incendios en Portugal y España.
El Gobierno portugués decretó luto oficial durante tres días, mientras que el primer ministro, António Costa, transmitió su pésame a las familias afectadas. Hasta el momento se registraron 41 fallecidos, más de 70 heridos y hay un desaparecido en el norte y centro del país, donde en junio murieron 63 personas debido a otros incendios.
En tanto, en la región española de Galicia, en el noroeste, perdieron la vida cuatro personas. Más allá de la sequía experimentada en los últimos meses, desde el Gobierno ibérico se cree que muchos de los incendios fueron provocados.