La situación obedeció a lo que localmente conocen como DANA (Depresión aislada de niveles altos), un fenómeno análogo a lo que suele ocurrir en nuestras latitudes del hemisferio sur y que típicamente denominamos aquí “baja segregada”. Estos sistemas, de lento movimiento en altura, tienen la característica de regenerar áreas de lluvias moderadas a fuertes durante muchas horas sobre una misma región.
La Agencia Estatal de Meteorología en España había emitido el máximo nivel de alerta (rojo) para toda la comunidad de Madrid y en la Mancha toledana, previendo lluvias de 120 mm en 24 horas y localmente en tan solo 12 horas. En Madrid sonó por primera vez un fuerte pitido en los celulares de los ciudadanos, una alerta con un mensaje que instó a los habitantes a no usar su vehículo y a permanecer en casa.
Se produjeron inundaciones repentinas como consecuencia de la caída de hasta más de 200 mm en el suroeste de la comuna de Madrid. Se reportan valores acumulados de 100 a 200 mm en toda la comunidad en general, en muy pocas horas y con grandes diferencias en pocos kilómetros.