La Secretaría de Energía de la Nación y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) dieron inicio a la tercera etapa de entrega de boyeros solares en el marco del PERMER. En esta oportunidad se distribuirán 2633 equipos entre pequeños productores rurales de las provincias de Chubut, La Pampa, La Rioja, Jujuy, Mendoza, Neuquén, Río Negro, Salta, San Juan, Santa Cruz, y Tucumán.
Con la llegada de los equipos solares a Mendoza, San Juan, Neuquén y Tucumán, empezó la tercera y última etapa de la iniciativa que beneficia directamente a 6.870 pequeños productores rurales de 19 provincias.
En un primer momento se entregaron 1.445 boyeros en Salta, Jujuy, Tucumán, La Rioja, Corrientes, Córdoba y La Pampa. En la segunda etapa, desarrollada durante el año 2022, se suministraron 2.795 equipos en las provincias de Catamarca, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Buenos Aires, Santiago del Estero, Chaco y Santa Fe. El abastecimiento se completa ahora con la tercera entrega de 2.633 boyeros para 11 provincias.
Los boyeros solares son instrumentos equipados con un pequeño panel solar y dotados de una potencia de 10 Wp que permiten electrificar los alambrados para mantener confinado al ganado. “Desde Permer, nos focalizamos en desarrollar proyectos que permitan contribuir al desarrollo productivo de la pequeña producción agropecuaria” explicó Luciano Gilardon, Coordinador del Proyecto.
En este marco, el subsecretario Santiago Yanotti destacó la importancia del trabajo conjunto con el INTA y subrayó: “La electrificación de las cercas que delimitan los pequeños emprendimientos ganaderos, es una herramientas importante que permite aumentar la productividad de la pequeña producción rural, así como mejorar las condiciones de trabajo de la productora o productor, reduciendo la posibilidad de pérdida de ganado y facilitando la circulación del mismo durante el pastoreo.
Esta iniciativa conjunta tiene como principal meta mejorar las condiciones de producción de pequeños productores rurales del país, a partir del uso de la energía fotovoltaica en usos productivos. Los destinatarios de los boyeros son emprendimientos de pequeña escala ubicados en zonas que no tienen o tienen pobre acceso a la red de distribución eléctrica. El impulso de la energía fotovoltaica contribuye a la sustentabilidad de los sistemas ganaderos en las distintas economías regionales.
“Las energías renovables son cada vez más importantes porque aseguran el bienestar de las comunidades rurales y aumentan la productividad y sustentabilidad de la agricultura familiar. Son energías limpias que ante el problema del Cambio Climático debemos necesariamente aumentar su utilización, para contribuir a enfriar el planeta”, señaló Diego Ramilo, director del Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar (CIPAF) del INTA y responsable del convenio ante la Secretaría de Energía de la Nación.
Este tipo de tecnología de bajo costo y de alto impacto facilita a los pequeños productores utilizar selectivamente el espacio de los predios, aprovechar más eficientemente los recursos forrajeros disponibles, mejorar e incrementar las pasturas, aumentar el kilaje y reducir las pérdidas de animales, proteger los cultivos y rodeos contra animales furtivos, disminuir la carga horaria de todos los miembros de la familia dedicada al pastoreo y proteger aguadas naturales.
El proyecto Permer promueve la inclusión social y el desarrollo socioeconómico de los habitantes y trabajadores de las zonas rurales de todo el país por medio de la electrificación de hogares, escuelas, centros de atención primaria de salud, comunidades aglomeradas y pequeños emprendimientos productivos en zonas que no cuentan con acceso a la red de distribución eléctrica. Al basarse en fuentes renovables, también contribuye a diversificar la matriz energética nacional.