Las aguas dulces ocupan menos de un 1% de la superficie acuática global, pero albergan cerca de un 10% del total de las especies conocidas y un tercio de los animales vertebrados. Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el estado de conservación de estos ecosistemas es francamente preocupante.
La entidad advirtió que casi el 18% de las especies de agua dulce endémicas están amenazadas a nivel global. De éstas, unas 23 se hallan en la categoría de peligro crítico. Este grupo, a su vez, abarca a tres especies -un pez y dos libélulas- que están posiblemente extintas.
El estudio de la UICN destaca la importancia de los ecosistemas dulceacuícolas para la sociedad y la economía planetaria. De hecho, los mismos aportan diversos bienes y servicios vitales para la subsistencia humana, incluyendo la provisión de agua para uso doméstico, industrial y agropecuario, la provisión de energía y alimento, y la captación de carbono, entre otros.