El Convenio de Minamata sobre el mercurio, que entró en vigor recientemente, compromete a sus 74 partes a reducir los riesgos para la salud humana y el medio ambiente causados por la liberación del mercurio y sus compuestos. Este metal pesado es reconocido por ser especialmente perjudicial para niños y bebés en gestación.
Los gobiernos que son parte del convenio están legalmente obligados a tomar medidas específicas para proteger la salud humana y el medio ambiente al abordar todo el ciclo del mercurio. Esto incluye la prohibición de nuevas minas de mercurio, la eliminación de las existentes y la regulación del uso de este metal en la minería aurífera artesanal y en pequeña escala, y en la producción de artículos como cosméticos, bombillas, baterías y empastes de dientes.
El convenio también busca la disminución de las emisiones de mercurio que se generan de forma colateral en otros procesos, como la generación de energía en centrales térmicas de carbón, la incineración de residuos y la producción de clínker de cemento, y contiene medidas sobre el almacenamiento provisional de mercurio, los residuos de mercurio y la reducción de riesgos de sitios contaminados.