Por Patricia Marino – Directora en Intergeo Argentina
Las últimas PASO (Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias) celebradas el pasado 13 de agosto, nos sorprendió con la cantidad de boletas en el cuarto oscuro. Por empezar, hubo 27 postulantes para presidente, por cada lista que encabeza cada uno, se deben imprimir 36.000.000 boletas, para asegurarse que cada lista tenga tantas boletas como cantidad de electores.
Finalmente, se presentaron 270 listas internas correspondientes a 91 agrupaciones oficializadas en todo el país.
Como mínimo, más de mil millones de boletas confeccionadas con papel al que luego es casi imposible reciclar, y que muchas de esas boletas terminan como residuo en el espacio público.
Tanta cantidad de boletas de papel generan un cuádruple impacto, durante el proceso de fabricación se producen dos impactos importantes, uno, la sobreexplotación de los recursos naturales para alcanzar la materia prima, luego, el impacto climático, se estima que por cada kilo de papel producido se emiten alrededor de 3.3 kg de CO2 equivalente. Le sigue el proceso de eliminación y por último, el dinero invertido para su impresión.
Un proceso sustentable se base en tres ejes: el ambiental, el social y el económico, nuestras PASO desestimaron dos de los tres ejes, incrementando el impacto ambiental y el económico.
Un estudio realizado por una Universidad de Chile determinó, bajo el alcance y los límites establecidos, que el proceso actual de votación en Chile produce un total de 535.096,7 kgCO2eq mientras que el sistema de voto electrónico tan solo emite 92.217,3 kgCO2eq, lo que implica una reducción de aproximadamente un 82,8% respecto al sistema de votación tradicional, como el nuestro, además de eliminar el impacto post elección que son los residuos.
Si la discusión no garantiza transparencia con el voto electrónico, optemos por la Boleta Única de Papel, que elimina el concepto de boleta partidaria. En ese caso, la cantidad necesaria de boletas apenas superaría la cantidad de electores, además se evitarían otros problemas que siempre se presentan en los comicios, tal como el robo de boletas, la cantidad de fiscales necesarios en todos los distritos, etc.
Numerosos países ya implementan exitosamente el sistema de boleta única, tal como Australia, que fue el primer país en adoptarla allá por 1858, Noruega, Finlandia, Islandia, Nueva Zelanda y Luxemburgo y, en nuestra región, Uruguay y Argentina son los dos únicos países de América Latina que todavía no implementaron la Boleta Única en sus comicios.
Reflotemos el proyecto de ley de 2022 que en su Artículo 8º pide: Modificase el artículo 64 de la ley 19.945 (Código Electoral Nacional), que quedará redactado del siguiente modo:
Artículo 8º: Modificase el artículo 64 de la ley 19.945 (Código Electoral Nacional), que quedará redactado del siguiente modo: “Artículo 64: Aprobación de la boleta única. Una vez diseñadas las boletas únicas de cada distrito, la Cámara Nacional Electoral remitirá los modelos a la Junta Electoral Nacional de cada distrito quien convocará a los apoderados de los partidos políticos y alianzas o agrupaciones políticas y, oídos éstos, aprobará el modelo de boleta única si a su juicio reunieran las condiciones determinadas por esta ley.”
Es necesario involucrase como ciudadano, un cambio en nuestra manera de votar, es un cambio a favor de la transparencia y equidad social, del cuidado del ambiente y de las arcas del estado, votemos por elecciones sustentables.