La laguna de Atescatempa fue alguna vez un paraíso de agua en el centro de Guatemala. Actualmente es apenas un páramo salpicado por algunos pequeños charcos de fango.
El espejo de agua sufrió los efectos del fenómeno denominado El Niño en combinación con el cambio climático. La sequía de la laguna se vio agudizada por los canales clandestinos, las malas prácticas agrícolas y la sobreexplotación de los ríos que la nutrían.
De cara al futuro, algunos científicos creen que una vez que concluya el impacto de la corriente El Niño, Atescatempa volverá a ser una laguna. Otros, menos optimistas, estiman que su pérdida constituye un proceso irreversible.