El Banco Mundial de Semillas de Svalbard, en Noruega, fue construido para salvaguardar la riqueza y variedad vegetal. Se trata de una fortaleza subterránea, a 150 metros de profundidad en una montaña helada, que es impermeable a la actividad volcánica, los terremotos, la radiación y la crecida del nivel del mar.
No obstante, no estaba en los planes la acción perjudicial del cambio climático, que ya llegó a amenazar la integridad del recinto. Ante el nuevo escenario, el Gobierno noruego, dueño de la instalación, anunció un sistema para mantener bajo vigilancia las 24 horas y estudiar medidas para minimizar los riesgos.
La también llamada Bóveda del Fin del Mundo está ubicada en el archipiélago Svalbard, en el océano Glacial Ártico, territorio del Reino de Noruega. El interior de la instalación contiene unas 935.000 semillas de más de 4.000 especies de plantas.