La Conferencia de las Partes (COP27) sobre cambio climático empezó a negociar esta semana su declaración final, que se publicará el viernes y en el que las finanzas para adaptación y mitigación, así como para pérdidas y daños, estarán en el centro de atención.
Los delegados empezaron a discutir este martes estos aspectos principales divididos en grupos de trabajo liderados por los ministros, como es habitual en las conferencias, para dar paso a la negociación política.
Los Estados insulares agrupados en AOSIS (Alianza de Pequeños Estados Insulares), un grupo pequeño pero que ha tenido fuerte presencia en la conferencia, ya anticiparon que no se irán de la COP27 sin un fondo para paliar las pérdidas y daños sufridos por el cambio climático.
“Hemos renunciado a mucho (…) Así que esperamos que (los países desarrollados) sean capaces de tener en cuenta algunas de nuestras prioridades. Y nuestras prioridades no han cambiado desde el primer día”, explicó Conrod Hunte, negociador principal de AOSIS.
El grupo, que también es miembro del G77, considera que “es importante establecer ese fondo en esta COP para no perder el impulso”, insistió Hunte, de Antigua y Barbuda.
Estados Unidos y la Unión Europea se muestran reacios a la creación de un nuevo mecanismo para pagar los daños y pérdidas a los países en desarrollo por unos daños que sufren sin haber provocado.
Asimismo, Brasil, Sudáfrica, India y China (el grupo BASIC) recordó que esos 100.000 millones al año son apenas “una pequeña fracción” del dinero necesario para la transformación del modelo energético que impone el cambio climático.
Más allá del número, el dinero sigue sin aparecer y los países más vulnerables reclaman un pago por los daños y las pérdidas, en lugar de financiación para la adaptación.
El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, apoyó este miércoles la creación de un fondo para compensar a los países en desarrollo por los costosos daños causados por los desastres naturales relacionados con el clima.
“Necesitamos urgentemente mecanismos financieros para remediar las pérdidas y los daños causados por el cambio climático”, dijo Lula en la conferencia sobre el clima COP27 de la ONU en Egipto, donde el tema ha dividido a las naciones ricas y en desarrollo.
Algunos países como Estados Unidos y Alemania se mostraron a favor de Global Shields, un seguro que se active cuando, por ejemplo, la sequía amenace una cosecha, algo que es visto con recelo por los países afectados, que alertan que lo que se necesita es un mecanismo claro de financiamiento y que un seguro no cubre pérdidas como el aumento del nivel del mar o la desertificación.
Pese a la expectativa, las discusiones sobre este punto podrían extenderse hasta 2024, según el calendario pactado en la COP26 del año pasado en Glasgow, Escocia.