El acceso al agua y al saneamiento se ha consagrado desde hace mucho tiempo como un derecho humano. Sin embargo, un nuevo informe de la ONU sobre los avances en agua potable, saneamiento e higiene muestra que casi 30% de la población carece aún de agua segura para beber, mientras que más de 60% vive sin un saneamiento adecuado.
La provisión de agua para uso humano es compleja; el agua es un recurso natural renovable y su ciclo no nace en un grifo y muere en el inodoro. Lamentablemente, las fuentes de agua se han convertido en receptoras de nuestras propias aguas residuales.
Se están haciendo nuevos esfuerzos para salvaguardar y proteger el agua en su origen. Un reciente informe de la ONU pone en relieve la importancia de un medio ambiente seguro, limpio, saludable y sostenible para permitir el cumplimiento de los derechos humanos fundamentales, como los derechos a la vida, la salud, los alimentos y el agua.
El documento reconoce que la pérdida de servicios ecosistémicos clave socava esos derechos, por ejemplo, cuando se reducen los productos agrícolas y pesqueros, se afecta negativamente la salud o se eliminan los filtros naturales en el ciclo del agua.