Un grupo de científicos anunció avances en una nueva técnica que permite detectar la presencia de peces analizando el ADN residual que permanece en el agua tras su paso, lo que promete revolucionar el conocimiento sobre la vida y hábitos de las especies marinas.
Durante seis meses, los científicos recopilaron el ADN residual, denominado ADN medioambiental o eDNA, dejado por distintas especies acuáticas en los ríos East y Hudson de Nueva York, simplemente recogiendo un litro de agua a la semana.
Tras analizar el agua en busca de ADN, los científicos fueron capaces de conocer los modelos de migración de numerosas especies, su ausencia o presencia en las aguas y otra información clave sin tener que realizar capturas de especímenes, como se hace en la actualidad.