El físico Ramón Méndez, Director de Cambio Climático del Ministerio de Vivienda y Medio Ambiente de Uruguay, fue incluido este año en la lista de los 50 líderes mundiales de la revista Fortune, junto a personalidades como el Papa Francisco.
“Fue algo totalmente inesperado para mí, sabíamos que había un reciente interés internacional por lo que veníamos haciendo en Uruguay en relación al tema energético, pero jamás esperé estar en una lista de este tipo en mi vida”, afirmó a la agencia EFE. Y añadió: “Jamás imaginé que iba a estar en una lista de las 50 personas más influyentes del mundo”.
En este sentido, Méndez afirmó que no toma este reconocimiento como “algo personal” sino como “algo colectivo”, enfatizando que existe “mucha gente” detrás de “todo el esfuerzo” que se hizo en Uruguay en el desarrollo de energías renovables.
Según explicó, durante dos años, se invirtieron más de USD 2.000 millones, que generaron que casi la totalidad de la matriz eléctrica provenga de una combinación entre energía eólica, fotovoltaica y centrales de biomasa, que se complementó con la hidráulica.
“Desarrollamos desde el inicio del primer Gobierno de Tabaré Vázquez (2005-2010) un trabajo en equipo muy importante en el país, una política novedosa que comenzó a ver sus frutos en relativamente corto tiempo y que generó una transformación importante”, detalló, al tiempo que apuntó que, con la introducción de varios tipos de energías renovables, “se rompió con varios mitos” que se planteaban desde el inicio de estos proyectos, entre ellos, que “no era posible” generar un “fuerte porcentaje” de fuentes renovables más allá de la energía hidráulica.
“Hicimos tramos en los que era posible complementar diferentes tipos de energías renovables entre sí para llegar a un porcentaje muy cercano al 100%. De hecho, en parte del día, el 100% de la energía en Uruguay proviene de esa combinación entre energías renovables. Además, estamos exportando excedentes a nuestros dos vecinos, que son mucho más grandes que nosotros”, profundizó.
Paralelamente, Méndez, quien presidió la comitiva uruguaya en la COP21, afirmó que, con la puesta en marcha de estas iniciativas, los costos de generación se redujeron en 40%. “Lo que efectivamente ocurrió fue una transición hacia una matriz energética limpia que generó, en Uruguay, más de 50 mil puestos de trabajo directos e indirectos (…), además de que aumentó de una manera muy significativa nuestra soberanía porque dependemos de nuestros propios recursos naturales”, explicó.