Las autoridades chinas luchan desde el domingo por contener la extensión de las manchas de contaminación aparecidas tras el hundimiento del petrolero Sanchi, que han crecido en las últimas horas, poniendo de manifiesto que el país afronta la tragedia ambiental más grave de los últimos tiempos.
La última información divulgada por la Administración Estatal de Océanos indica que hay dos manchas mayores y muchas más pequeñas, según indicó el último comunicado del organismo.
Una de las manchas grandes tiene nueve kilómetros de largo con una anchura de entre 500 y 50 metros, y está situada a dos kilómetros del lugar del hundimiento, mientras que la otra tiene seis kilómetros de largo por uno de ancho.
Un total de 14 embarcaciones de distintas instituciones chinas están en la zona para tareas de control y limpieza, y se ha instalado una red de 31 estaciones de análisis del agua, algunas de las cuales han detectado la presencia de hidrocarburos.