El cuidado del agua es una problemática ambiental central tanto a nivel local como global. Para conocer cómo se está trabajando al respecto en el país, en el marco del Plan Nacional de Agua Potable y Saneamiento, charlamos con Pablo Bereciartua, secretario de Recursos Hídricos de la Nación. “El financiamiento de las grandes obras previstas en el Plan, incluyendo los fondos para la Cuenca Matanza-Riachuelo, está garantizado en el próximo Presupuesto Nacional”, remarcó el funcionario.
¿Cómo está la Argentina en materia de agua potable y saneamiento?
Estamos tratando de revertir el atraso. Las obras de saneamiento suelen ser subterráneas, mientras que las plantas depuradoras suelen ubicarse fuera de las grandes ciudades. Por esa falta de visibilidad pública, muchas veces se las ha relegado. En las últimas décadas hemos fabricado un país con serias limitaciones para afrontar el siglo XXI. Por escasez de inversiones en el sector hídrico, estamos atrasados en relación con los principales países de Latinoamérica. Esto se traduce en pobreza y en graves falencias en la salud pública.
¿Qué acciones concretas hoy se están llevando a cabo en el segmento?
Estamos haciendo 50 plantas depuradoras a lo largo y ancho del país, de las cuales ya hemos terminado 12, que nos permitirán duplicar nuestra capacidad total. Las 12 finalizadas habían comenzado con el gobierno anterior, lo que demuestra nuestra intención de darle continuidad a los proyectos positivos. También estamos empezando obras que son muy necesarias y que deberán ser culminadas por otros gobiernos. De hecho, es probable que varias de las 38 plantas que nos faltan se terminen bajo otra administración. Lo importante es trascender el calendario electoral, en base a un consenso, para revertir el atraso del que venimos.