La Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR) realiza el seguimiento y monitoreo de los humedales de la Cuenca. Continúa en la elaboración, junto al Ministerio de Ambiente y el CONICET, de un Inventario de Humedales que los identifique y caracterice como primer paso para formalizar su protección y definir las políticas públicas a seguir. En este sentido, Patricia Pastore, analista ambiental en la Dirección de Ordenamiento Territorial de ACUMAR, dialogó con Pablo Gago para el programa Futuro Sustentable, por AM 1220.
Futuro Sustentable: ¿Qué son los humedales?
Patricia Pastore: Los humedales son un tipo especial de ecosistema, que no es ni terrestre ni acuático, sino que tiene particulares condiciones. Tienen unos ciclos biológicos, físicos y químicos muy particulares, que están vinculados a su estrecha relación con el agua. Por lo tanto, sin agua, no hay humedales, así como tampoco hay vida sin ella. Son un excelente refugio para la biodiversidad y proveen una serie de bienes y servicios, algunos más tangibles, como el aprovechamiento de fibra y la pesca, y otros intangibles, como la atenuación de los efectos de una inundación. Los humedales de la Cuenca, al estar en zonas bajas, terminan cumpliendo una importante función de recepción de excesos hídricos en períodos de lluvias intensas. Además, las plantas funcionan como sumidero de carbono.
FS: ¿Cómo trabajan desde ACUMAR para la conservación de los humedales de la Cuenca?
PP: ACUMAR desde sus inicios ha considerado a este ecosistema por la vinculación con el agua y porque son fundamentales en la recomposición. La manda de ACUMAR indica la reposición de suelo, agua y aire, y eso implica también la restitución a medida que la biodiversidad ocupe estos lugares y lo haga más rico. Eso nos va garantizando el saneamiento de la Cuenca en términos generales. También, ACUMAR realiza el seguimiento y monitoreo de agua y sedimentos en las áreas protegidas. Además, están: el Plan de Manejo Hídrico, estudios de biodiversidad y planes de forestación con especies nativas, que ayudan a la restauración de muchos ambientes. En la Dirección, hemos encarado un convenio con el CONICET para hacer el Inventario de Humedales de la Cuenca. Esto implica identificarlos, delimitarlos y tipificarlos. Pasó un año de esta investigación y ya contamos con un mapa hipótesis preliminar. Por ejemplo, los investigadores han visto que, en Cuenca Alta, tenemos las nacientes de los arroyos y cuerpos de agua llamados curetas, que se desarrollan en aquellas zonas donde el drenaje es superficial y la topografía es plana y sin una pendiente clara. Por otro lado, en Cuenca Baja, por la alta urbanización, quedan solamente relictos en algunos predios.
FS: ¿Cada cuánto se realizan estos monitoreos de calidad de agua?
PP: Los monitoreos en humedales son trimestrales y, en general, a las estaciones del año. Además, estamos por encarar, con el Instituto Nacional del Agua (INA), un estudio de funcionamiento hidrogeológico de los humedales. Este proyecto es a escala local y tenemos que iniciar una etapa piloto. Estamos muy contentos con este importante estudio.