El último rinoceronte blanco del norte que quedaba en el mundo, un macho llamado “Sudán”, murió dejando casi extinta su especie. Solamente sobreviven dos hembras de rinoceronte blanco del norte: Najin y Fatu, hija y nieta de Sudán, respectivamente.
Sudán, de 45 años, sufrió una infección en su pata derecha que le impedía ponerse de pie. El personal de la reserva Ol Pejeta junto con un veterinario del zoológico Dvur Králové y el Servicio de Conservación de la Fauna Keniana (KWS), decidieron someter al rinoceronte a una eutanasia para evitarle más sufrimiento.
Su edad equivalía a 90 años de los seres humanos. Además de la infección, Sudán estaba siendo tratado por alteraciones degenerativas en sus músculos y huesos, sumado a amplias heridas en la piel.