Fundación Pampa Energía cumplió 15 años implementando programas para contribuir al desarrollo de las comunidades en diferentes lugares del país.
Mariana Corti, gerenta de RSE y Fundación Pampa Energía, conversó sobre este y otros temas con Pablo Gago, conductor de Futuro Sustentable, por AM 1220, radio EcoMedios.
Futuro Sustentable: ¿Cómo se inició la fundación hace 15 años?
Mariana Corti: No se llamaba Fundación Pampa Energía, en un principio, sino Fundación Todos por los Chicos. Tuvo un fuerte impulso que le dio Luisa Mindlin, la mamá de Marcelo, y también de Alejandro. Luisa fue pediatra, había ejercido en La Carlota, Córdoba, y cuando vino a Buenos aires y ya se estaba por retirar, decidió ir a trabajar a La Cárcova, en donde estableció un programa de nutrición infantil y educación, porque ella pensaba que debía devolver a la sociedad todas las oportunidades que había tenido. La desvelaba la idea de trasmitir a las familias la forma de alimentarse porque era fundamental para el desarrollo futuro de los niños. Entre muchos programas, la fundación tuvo un programa de barritas energéticas cuyos pilares eran educar en valores y nutrición, y luego se comenzaron a desarrollar los programas de becas educativas.
Arrancó con seis becarios salteños que vinieron a Buenos Aires a estudiar al Itba, donde no solo tenían acompañamiento económico. La mayoría de esos chicos está trabajando en Pampa y son gerentes.
Hoy tenemos más de 1300 estudiantes en programas. Desde que arrancó el programa son 4194 estudiantes que, como mínimo, han estado tres años con el acompañamiento de la Fundación.
FS: ¿Más de 1300 jóvenes realizaron prácticas profesionales?
MC: Así es. Pero, además, está el compromiso de cada uno de los trabajadores de las plantas que los reciben. Para que un grupo de estudiantes entre en una planta tiene que haber un gerente comprometido, un área de planta con tiempo y disponibilidad para brindarle a los jóvenes, y explicarles lo que tienen que hacer, enséñales las normas de seguridad, y trasmitirles conocimientos. Gran parte de los jóvenes que hacen los talleres de capacitación son parte del programa de becas, y son chicos y chicas que tal vez no tuvieron la posibilidad de ver a un papá o una mamá con un empleo formal. Al acercarse a un sistema formal y pasar por esta experiencia, salen sabiendo lo que quieren hacer a futuro. Saben que pueden llegar a ser ingenieros como los que vieron en la planta, porque esos profesionales estuvieron en su misma situación y pasaron por la misma experiencia. Es muy transformador y queremos fomentar esta visión de futuro. Hay jóvenes que destacan cómo se les amplió la visión del mundo, que ya no se termina en la esquina de la casa.
FS: ¿Y cómo trabaja el equipo de la Fundación?
MC: Siempre se pone un poquito más de lo que se nos pide. Porque el incentivo mayor que tenemos es ver cómo se le vambia la vida a una persona que tenía su camino predeterminado.