Por Pablo Gago- Director de Futuro Sustentable
En la actualidad, es difícil negar que el mundo siente o sufre, en mayor o menor medida, las consecuencias del cambio climático. Olas de frío y calor, sequías, incendios, inundaciones, desertificación, pérdida de bosques, etc.
Cerca del 46% del territorio de la Unión Europea (UE) está “en riesgo” de sufrir sequía tras una falta de precipitaciones prolongada, informan desde la Comisión Europea, mientras el continente está azotado por una ola de calor extremo.
Francia, Rumanía, España, Portugal e Italia tendrán que hacer frente a esta reducción del rendimiento de los cultivos. Alemania, Polonia, Hungría, Eslovenia y Croacia también se ven afectado. En Italia, la cuenca del río Po se enfrenta al nivel más alto de severidad de la sequía.
Nos pone en alerta que el informe del Panel intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), “Climate Change 2022: Mitigation of Climate Change”, advierta que, con los objetivos y políticas actuales, estamos acercándonos al precipicio, temperaturas globales aumenten más de 1,5 °C por encima de los promedios, al límite de calentamiento del planeta.
Las decisiones que se tomen este año podrían determinar si se cumple ese objetivo o si el mundo lo supera a mediados de este siglo y tiene que lidiar con extremos climáticos severos.
En nuestra región los principales riesgos para América Central y del Sur son la falta de acceso al agua potable, efectos sanitarios graves, sequías frecuentes y/o extremas que pondrán en peligro la seguridad alimentaria.
Sin embargo, como todo desafío implica una oportunidad, si nuestro país sabe y puede aprovechar el momento, tiene por delante un camino en el que puede colaborar para dar respuesta a las necesidades de la población mundial y las propias.
“El gran desafío que enfrentamos es satisfacer y aprovechar dichas demandas de productos del agro, al tiempo que se reduce el impacto ambiental”, señalan los expertos en el tema.
“El sector agroindustrial argentino es pionero en adopción e innovación tecnológica y organizacional en los últimos 25 años, tales como la aplicación de la siembra directa, de biotecnología, y en el uso de nuevas tecnologías de información y agricultura de precisión”, aseguran fuentes vinculadas al agro.
El desafío es enfrentar con decisión los obstáculos y desarrollar la experiencia y conocimiento que nos avalan.