La industria extractiva europea quiere convertirse en uno de los mejores aliados de la biodiversidad y de la conservación, tal como quedó expuesto en el Foro Internacional ‘Contribución de la Industria Extractiva a la Red Natura 2000’, pero necesita desterrar prejuicios y romper estereotipos.
Se trata además, de una actividad industrial muy regulada y controlada desde el punto de vista ambiental, que requiere desde estrictos estudios de impacto del hábitat para autorizar los proyectos, hasta garantías financieras para la restauración posterior de los espacios afectados. Sin embargo, la extracción no es un problema para la conservación, sino que puede ser vista como una oportunidad.
Estos argumentos han sido expuestos por los empresarios e ingenieros, responsables de la Comisión Europea y del Gobierno español, durante el Foro, que se ha celebrado en Madrid, organizado por la Confederación Española de Industrias Extractivas de Rocas y Minerales Industriales (COMINROC) y la Red Europea de Canteras y Minería Sostenible.