París quedó cubierta bajo un manto blanco que se convirtió en una gran pista de esquí, tras la caída de entre 10 a 20 cm de nieve, más que en 2013, el año récord en nevadas de las últimas décadas. La capital francesa y la región Ile-de-France está virtualmente bloqueada, con embotellamientos récords en los alrededores de la “Ciudad luz”.
La cantidad de nieve caída superó todas las previsiones alarmantes de los meteorólogos. Muchos automovilistas debieron pasar la noche en sus vehículos al quedar atrapados por el caos de tránsito. Asimismo, en la región de Essonne, y en especial en la autopista 118, las autoridades locales abrieron refugios de emergencia en gimnasios para albergar a los automovilistas.
La alcaldía aconsejó no usar los autos, y los trenes funcionan con mucho retraso. La nieve también perturbó el funcionamiento de lugares turísticos como la Torre Eiffel, que tuvo que cerrarse a los visitantes