Ford continúa investigando sobre el uso de biomateriales sustentables en la fabricación de sus vehículos, y ya utiliza varias de ellos. Tal es el caso de la soja, el coco, la cáscara de arroz y los pellets de trigo. Otros materiales –como la caña de azúcar, el maíz, el bambú, el diente de león, las algas y las fibras de tomate– se encuentran actualmente en fase de pruebas.
Ford tiene como meta alcanzar, en todos sus vehículos globales, un índice del 95% de materiales reciclables y renovables, y que pueden ser empleados para producción de energía. Los biomateriales forman parte de esa estrategia para lograr una significativa reducción del impacto ambiental.
La Nueva Línea Cargo recientemente presentada en la Argentina cuenta en su proceso de manufactura con un compuesto de fibra de sisal, obtenida del Agave, nativo de México. Esta fibra es utilizada en la fabricación del panel de instrumentos de la cabina del conductor. Además de ser liviana y altamente resistente, este material inodoro es encontrado en abundancia en muchas regiones y se adecúa con facilidad a los procesos de moldeado e inyección de piezas.
Todos los vehículos de la marca producidos en América del Sur, incluyendo al nuevo Fiesta y el Focus (de fabricación en la Planta Pacheco) también utilizan de 5 a 7kgs de PET reciclado en sus alfombras, recubrimientos del techo, pasaruedas y aislantes acústicos así como también los recortes y sobras de tejidos de telas de jean son reutilizados en la tapicería, alfombras y fundas. El nuevo Ka, por ejemplo, utiliza en la versión hatch el equivalente a 39 botellas PET de dos litros y la misma cantidad de tela utilizada para la confección de seis pantalones. Para el caso del Focus hatch y del Focus sedan, estos contienen en su manufactura alrededor de 11kgs de materiales reciclados.
En América del Norte, todos los vehículos de Ford ya son fabricados con espuma de soja. Prendas de algodón, botellas plásticas, fibras de madera y pellets de trigo son otros de los materiales utilizados en la manufactura de los modelos que allá se producen. El polvo de coco, extraído de la cáscara del fruto, forma parte de la composición de los protectores del baúl de algunos modelos. Desde el 2014, Ford también investiga en conjunto con Heinz el uso de la fibra de tomate para el desarrollo de un material alternativo al plástico para la producción de los soportes de fijación y porta objetos.