Esta COP26 reflejó las conclusiones del último informe del IPCC y del informe de la Agencia Internacional de Energía sobre el nivel cero de emisiones, que exigieron una aceleración de la acción y nuevos planes para 2022 en el contexto del régimen voluntario y no vinculante de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Todos los grandes emisores tendrán que explicar dentro de 12 meses en Naciones Unidas cómo sus políticas y planes económicos están alineados con los objetivos de temperatura del Acuerdo de París.
Aunque la promesa de eliminar los combustibles fósiles se vio debilitada por un acuerdo de última hora entre China (el mayor consumidor de combustibles fósiles del mundo), los Estados Unidos (el mayor productor de combustibles fósiles del mundo) y la Unión Europea e India, aún está presente. A pesar de que se rebajó el término “eliminación” a “reducción progresiva”, la causa de la crisis climática fue señalada por primera vez desde el Protocolo de Kioto por los 198 signatarios del Acuerdo de París.
Pero, a pesar de los avances en la reducción de emisiones futuras, la COP26 falló a los más afectados por la crisis climática hoy en día. No se creó un fondo al que los países más pobres pudieran recurrir para responder a la crisis.
Por un lado, la COP26 permitió avanzar en varias cuestiones como:
Cerrar el libro de reglas de París. Significa que todos los países tendrán que comunicar para 2024 datos detallados sobre las emisiones que constituirán la base de referencia a partir de la cual se podrán evaluar las futuras reducciones.
El acuerdo sobre las nuevas reglas del mercado de carbono cierra algunas de las lagunas que se habían considerado y crea un régimen de comercio estructurado entre países.
Acuerdo sobre 2025 como fecha en la que los países desarrollados deben duplicar sus fondos colectivos para la adaptación, al tener en cuenta las promesas de 2019.
Los acuerdos sectoriales sobre los bosques, el carbón, los coches, el metano y uno de 24.000 millones de dólares para detener la financiación de los combustibles fósiles en el extranjero tienen el potencial de hacer avances significativos en la reducción de las emisiones.
Los anuncios de los bancos y de los inversores en la primera semana fueron numerosos. Los principales bancos se han comprometido a alinear su dinero con el objetivo de alcanzar el nivel cero en la década de 2020 y se enfrentarán al escrutinio de cómo cumplen con sus afirmaciones ecológicas y se desprenden de los combustibles fósiles y otros activos con alto contenido de carbono.
Un nuevo grupo de expertos evaluará las afirmaciones de las empresas sobre el nivel cero, el cual fue anunciado por el Secretario General de Naciones Unidas, António Guterres.
En esta COP se reunieron diversos grupos que se hicieron eco de una fuerte ola de apoyo a la acción climática. Más de 100.000 personas salieron el pasado sábado a la calle en Glasgow.
Por otro lado, los países en desarrollo querían un plan claro para un mecanismo de financiación de pérdidas y daños. Esto no ocurrió, y el año que viene la atención se centrará en Egipto para conseguirlo.
El primer Ministro británico Boris Johnson estableció como medida de éxito para esta COP la acción sobre el carbón, los coches, el dinero y los árboles.
Climate Action Tracker descubrió que los acuerdos sobre el metano, el carbón, los bosques y el transporte contienen medidas adicionales que reducirían la brecha de emisiones a una trayectoria de 1,5ºC en un 9% o 2,2 GtCO2e.
Fuente: Periodistas por el Planeta.