Por Claudia Villanueva
La acción legal entablada por el abogado estadounidense Larry Klayman y Freedom Watch, tiene un alto impacto jurídico mediático y un horizonte corto.
Pensar en demandar al gobierno de China por la pandemia del coronavirus fue una de las ideas que esgrimíamos en la columna radial de FUTURO SUSTENTABLE RADIO hace tres semanas. Hoy es un hecho, focalizado en la Corte de Texas y con un reclamo económico cuyo monto es simbólico, solo 20 millones de U$S y basándose en que el régimen de Xi Jinping desarrolló el COVID-19 como un arma biológica ilegal para esparcir deliberadamente por el mundo.
De alto contenido político mediático, el primer escollo es la prueba, ¿Cómo se podrá probar la relación de responsabilidad entre el gobierno Chino y el derrame del virus a nivel mundial?, la segunda pregunta es ¿si la relación con causal se prueba, seria esa sanción la más adecuada y justa?, ¿sería esa u otras sanciones posibles de ejecutar?.
Ciertamente la verdadera sanción económica que debiera aplicarse a nivel global sería un bloqueo económico del que nos quedan dudas si EE.UU, uno de los países más perjudicados, apoyaría.
Mas dudas que certezas, este tema no quedara aquí. La solitaria acción de un abogado en su corte local, tiene estimulo suficiente para abrir las puertas de la Corte Internacional de Justicia, si hay un acuerdo previo de EE.UU. y Europa en el cómo antes del qué.