Los efectos del cambio climático ya se están dejando sentir y, con el fin de conocer la magnitud de tan grave problema, el Instituto DKV de la Vida Saludable dio a conocer la sexta edición de su Observatorio de Salud y Medio Ambiente DKV ECODES, al que se suma la Red Española del Pacto Mundial, y que dedica a uno de los temas tratados en la firma del acuerdo de París: ‘Cambio climático y salud, actuando frente al cambio climático para mejorar la salud de las personas y del planeta’.
En el informe se indica que los escenarios meteorológicos extremos, la calidad del aire, la seguridad alimentaria o las enfermedades infecciosas transmitidas por vectores tienen una determinante influencia en la salud de las personas.
Y concluye que el cambio climático podría aumentar en un 20% el riesgo de sufrir hambre y malnutrición para 2050, y afecta a la salud de manera directa, a través de la mortalidad y la morbilidad (olas de calor, inundaciones, fenómenos extremos, etc.) y, de manera indirecta, a través de impactos sobre los ecosistemas y los sistemas sociales. Es más, la reducción de la producción de alimentos y el aumento de la malnutrición como consecuencia de este fenómeno ocasionaría más de 500.000 muertes extras previstas para el año 2050 en el planeta en comparación con un futuro sin cambio climático.
Sobre los escenarios meteorológicos extremos con fenómenos tales como huracanes, ciclones, inundaciones o tormentas tropicales, que causan 60.000 muertes anuales, el informe indica que se han triplicado desde los años 60 y afecta sobre todo a países en desarrollo. Solo en 2015 hubo 32 grandes sequías y 152 episodios de inundaciones, relacionadas directamente con el cambio climático. Además, los cambios en las temperaturas medias globales redundan en olas de calor más frecuentes e intensas (que, entre 2011 y 2009, produjeron 13.000 muertes en España), que resultan en enfermedades crónicas, pero también olas de frío, también atribuibles a la mortalidad diaria.
Respecto a la calidad del aire, se pone de manifiesto que su contaminación llega a ocasionar más de 33.000 muertes prematuras al año, posicionándose como el cuarto factor de riesgo de muerte en el mundo. En el caso de España, más del 95% de la población respira aire contaminado, según los valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). En concreto, más del 33% de la población respira un aire que incumple los estándares legales vigentes con niveles de contaminación por encima de los límites marcados por la Unión Europea, factor que ocasiona más de 33.000 muertes prematuras anuales en nuestro país, dieciséis veces más que los accidentes de tráfico. Además, supone un coste económico de 38.000 millones de euros (un 2,8% del PBI).
Finalmente, el informe revela que el cambio climático crea condiciones favorables a muchos vectores transmisores de enfermedades infecciosas y a los microorganismos que las provocan (mosquitos, garrapatas, etc.). En España se prevén inviernos más propicios para la permanencia y proliferación de distintos vectores. Las enfermedades transmitidas por vectores representan más del 17% de todas las enfermedades infecciosas.