Cada 5 de marzo, desde 1998 – año de la primera Conferencia Internacional de Eficiencia Energética que tuvo lugar en Austria – se conmemora el #DíaMundialdelaEficienciaEnergética. En esta jornada, Estados, organismos sin fines de lucro y medios de comunicación reivindican el consumo racional de la energía y las virtudes de las fuentes de energía renovable y de las sociedades sostenibles. Si un país cuenta con un nivel adecuado de eficiencia energética podrá, por ejemplo, aumentar la seguridad de que existirá un abastecimiento de energía suficiente para toda la población.
Pero, de qué hablamos cuando nos referimos a la eficiencia energética. Es un concepto que puede definirse como la optimización del consumo energético para alcanzar niveles determinados de confort y de servicio, por ejemplo, ajustando el consumo de electricidad a las necesidades reales de los usuarios o implementando mecanismos para ahorrar energía evitando pérdidas durante el proceso.
Es un consumo que se calcula según la Norma ISO 50001, que es actualmente uno de los principales estándares para medir y calcular la eficiencia energética, aunque, también, es muy utilizado el International Performance Measurement and Verification Protocol (IPMVP). En los hogares se calcula en base al óptimo funcionamiento de equipos y de instalaciones comparados con un consumo bajo.