Los líderes políticos de los ocho países de la región amazónica iniciaron un encuentro de dos días en Brasil, la Cumbre Amazónica.
Este esfuerzo busca encontrar nuevas fórmulas que ayuden a salvar la selva tropical, en el contexto de la crisis climática. La agenda incluye temas como la lucha contra la deforestación, la minería ilegal de oro y las infracciones medioambientales.
El presidente de Brasil, Lula da Silva, dijo que es urgente ampliar la cooperación entre los países de la región. “Hacía 14 años que no nos veíamos. Es la primera vez que nos reunimos aquí en el estado de Pará y la primera en un contexto de fuerte agravamiento de la crisis climática. Nunca ha sido más urgente retomar y ampliar esta cooperación. Los desafíos de nuestra era y las oportunidades que se presentan exigen una acción conjunta”, dijo el político brasileño.
Lula ha insistido en la línea de reclamar a los países ricos que paguen a quienes cuidan los bosques, pero con el argumento añadido de la responsabilidad histórica: “No son Brasil, Colombia o Venezuela las que necesitan dinero, sino la naturaleza. Es ella la que necesita que ellos [los países desarrollados] paguen para arreglar lo destruido a lo largo de 200 años de desarrollo industrial”.
Mientras tanto, frente a la sede de la cumbre, varios grupos indígenas salieron a la calle con carteles contra el capitalismo, el lavado verde, la industria petrolera y la extracción de oro.