Crece la alarma mundial ante un nuevo desafío que el presidente norcoreano Kim Jong-un planteó a Estados Unidos y a las potencias. En esta ocasión, detonó bajo tierra un artefacto a base de hidrógeno que sería siete veces más potente que la bomba lanzada sobre Hiroshima en 1945.
La prueba militar provocó un sismo alcanzó los 6,3 grados en la escala de Richter y se sintió en China y Corea del Sur. Tras la provocación, el presidente norteamericano Donald Trump analiza un bloqueo comercial y no descarta una respuesta militar.
El ensayo, que es el primero de Pyongyang desde la asunción de Trump, desató una unánime condena mundial y una nueva ola de amenazas de la Casa Blanca, además de la convocatoria a una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, en Nueva York.