Una delegación argentina viajó a China para participar de una convención organizada por ese país en el marco del Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación, donde más de 150 países están reunidos para diseñar estrategias que permitan ponerle freno a la degradación de las tierras en todo el planeta.
Junto con el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, la desertificación fue identificada por las Naciones Unidas como uno de los mayores desafíos que el mundo tiene por delante. Argentina, junto con China, Australia, Estados Unidos y Brasil, es uno de los países con mayor porcentaje de tierras secas, que cubren el 70 % de su territorio.
Al frente de la delegación argentina se encuentra el secretario de Política Ambiental, Cambio Climático y Desarrollo Sustentable de la Nación, Diego Moreno, quien viajó acompañado por expertos del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable, de la Universidad Nacional de Córdoba, del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria y de la Asociación Argentina de Productores de Siembra Directa.
El ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, rabino Sergio Bergman, destacó la importancia de participar de este tipo de diálogos que buscan alcanzar la meta propuesta en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas: neutralizar la degradación de las tierras para el año 2030.
En ese sentido, el ministro Bergman dijo que en el 60% de las tierras secas de Argentina se han identificado casos extremos de pérdida de las propiedades físicas del suelo, con un dificultoso grado de reversibilidad: “Diversas economías regionales, que son la base del desarrollo del interior del país, están basadas en el uso de los recursos naturales y la producción agropecuaria; una destrucción o pérdida de los recursos que son sostén de esta producción pone en riesgo el mantenimiento y crecimiento de esos sistemas productivos y la subsistencia de las pequeñas comunidades”.