Nueve de cada diez desastres naturales están vinculados al cambio climático. El estremecedor dato fue revelado por la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres y el Centro de Investigación de la Epidemiología de los Desastres.
En este sentido, apuntó Robert Glasser, Director del organismo de las Naciones Unidas, en un 2015 en que se ha sido “el año más caluroso jamás registrado”, alrededor de 98,6 millones de personas se vieron afectadas por desastres. El Niño, por su parte, “fue un factor que en el 92% de los casos”.
Los impactos más evidentes observados durante el año pasado fueron las 32 sequías importantes que se registraron, un número que más que duplica la media anual de 15 del decenio anterior. Estos fenómenos, en 2013, afectaron a 50,5 millones de personas, particularmente en el continente africano. Y, de acuerdo a los pronósticos presentados en la conferencia de prensa en que se presentaron estos datos, los pronósticos a futuro son poco alentadores.
Así lo describió la Directora del Centro de Investigación de la Epidemiología de los Desastres, Debarati Guha-Sapir: “Las sequías empeorarán en 2016. Este año vamos a enfrentar un desastre humanitario por esta razón, con éxodos de población y migraciones”.
Por otra parte, la información revelada por estas entidades pone de manifiesto que los desastres naturales no siempre están determinados por el tamaño o demografía de los países. Un ejemplo de ello es Guatemala, que, con 627 personas habiendo fallecido por deslizamientos de tierra, se ubica quinto entre los diez países que más muertes han reportado por desastres de este tipo; y noveno en el número de afectados por dicho fenómeno, que alcanzó a un total de 2,8 millones de personas.
En palabras de Guha-Sapir, en Guatemala, al igual que el resto de los países de América Central, las poblaciones más vulnerables viven en zonas inclinadas, una ubicación desaconsejada desde el punto de vista de la planificación urbana, por lo que “cuando caen fuertes lluvias hay estos desprendimientos de lodo”.
Las inundaciones, a su vez, secundan a las seguías en importancia, al haber afectado a 27,5 millones de personas con 152 en el mundo durante 2015. En el tercer puesto de los desastres que más gente impactó, se ubicaron las tormentas –intensificadas por los trastornos climáticos devenidos del calentamiento global– con 10,5 millones de personas.
Las temperaturas extremas, por su parte, también fueron una categoría de desastre particularmente importante durante el año pasado, en especial, las olas de calor.
“Varios países de Europa se enfrentaron a límites de calor con números significativos de víctima mortales, sobre todo en Francia, mientras que India y Pakistán experimentaron olas de calor que estuvieron entre las más graves de los últimos tiempos”, explicó Guha-Sapir. Y añadió: “La mortalidad por las olas de calor está muy subestimada”.