A un mes de que se cumplan cinco años del accidente de Fukushima, se terminó de instalar una maquinaria que genera un “muro de hielo” bajo el suelo de la central nuclear japonesa, con el objetivo de que no aumente el volumen de agua radiactiva que se acumula en los sótanos de los edificios y que se filtre, por efecto del rebalsamiento, al océano Pacífico. Así lo anunció el operador y propietario de dicha planta.
La creación de este muro es una de las medidas claves para solucionar uno de los principales problemas del proceso de desmantelamiento de la central y, según explicó Tokyo Electric Power (TEPCO), depende ahora de la aprobación de la Autoridad de Regulación Nuclear (NRA). Este organismo deberá certificar que el operador tiene la capacidad para gestionar correctamente este sistema sin provocar fugas adicionales de agua radiactiva en las instalaciones.
Para generar el muro en cuestión se insertaron, en la tierra, alrededor de los cuatro reactores de la planta afectados por el terremoto y tsunami de 2011, más de 1500 tuberías hasta una profundidad de unos 30 metros. A través de ellas se inyectará una solución salina a una temperatura de menos 30 grados, que congelará la tierra en contacto con las canalizaciones y creará, así, una barrera helada que debería evitar que las aguas subterráneas penetren en las estructuras de los edificios.