En el marco de su plan para bajar el déficit fiscal, de cara a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Gobierno Nacional negoció con China la suspensión de las obras por construir la cuarta y la quinta central nucleoeléctrica del país.
Estas millonarias iniciativas se iban a financiar a través de un crédito blando del país asiático, con ocho años de gracia para empezar a pagarlo. La idea era que Atucha III (la cuarta planta), cuyo proceso de construcción y puesta en marcha se estimaba en siete años, generara ingresos que permitieran hacer frente a las obligaciones.
Esta suspensión de las obras, pone en jaque el programa de reactivación de la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP), ubicada en la localidad de Arroyito, en la provincia de Neuquén.