Más de 700 aparatos en desuso, como computadoras, impresoras y monitores, fueron retirados del Senado y llevados a disposición final en el marco de una iniciativa que busca darle una gestión adecuada a los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEEs).
Estos aparatos se encontraban en desuso desde 2007 y, además de suponer un problema ambiental, ocupaban un espacio considerable del edificio; solo para almacenar los monitores fue necesario usar una cochera entera del recinto.
Por pedido del Senado, la Secretaría de Control y Monitoreo Ambiental, a cargo de Javier Ureta Sáenz Peña, se hizo cargo de la disposición final de los aparatos. Para ello, contrató a una empresa privada que se especializa en el manejo de este tipo de residuos especiales.
Los RAEEs son desechos eléctricos y electrónicos que se originan cuando finaliza la vida útil de los equipos informáticos, de telefonía, de audio y de video, entre otros. Además de no ser biodegradables, estos aparatos contienen, entre otros contaminantes, metales pesados como cadmio, plomo y níquel, además de mercurio y plásticos bromados.
Durante su vida útil, estos componentes son inofensivos ya que están contenidos en placas, circuitos, conectores o cables; pero, al ser desechados, reaccionan al entrar en contacto con el agua y la materia orgánica y liberan tóxicos al suelo y a las fuentes de aguas subterráneas. Por eso es necesario que su disposición sea gestionada en forma adecuada.
Esta es la primera vez que el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable lleva adelante una iniciativa de este tipo y la Secretaría está evaluando replicar la experiencia en otras dependencias, en el marco de su política de manejo adecuado de los residuos especiales de generación universal.