El Consejo Mundial de la Energía proyectó en Estambul que la demanda energética per cápita del planeta alcanzará un nivel máximo antes del año 2030 para decaer luego en función de la innovación tecnológica y de un moderado crecimiento económico, sin omitir las políticas energéticas de los gobiernos.
“Está claro que estamos avanzando hacia una gran transición que creará un mundo fundamentalmente nuevo para la industria de la energía”, resaltó Gerald Davis, miembro del Consejo, durante la presentación de un nuevo estudio en el XXIII Congreso Mundial de la Energía.
Según sus palabras, históricamente se ha hablado del pico del petróleo, fenómeno a partir del cual se reduciría la producción debido a la falta de reservas. “No obstante, ahora se empieza a “considerar las implicaciones de un pico de la demanda“, indicó.
En ese sentido, Davis presentó tres posibles escenarios diferentes, aunque en todos se prevé un cambio del modelo de consumo de energía, con una duplicación de la demanda de electricidad hasta 2060, pero con una reducción fuerte de los combustibles fósiles.
Los cálculos apuntan a que las energías solar y eólica son las que más crecerán y llegarán a suponer entre el 20% y el 39% de la generación de electricidad, desde cerca del 4% actual.