El cambio climático constituye una de las mayores amenazas para la vida de millones de personas en todo el mundo. En la Argentina existen, tanto en el ámbito público como en la sociedad civil, diversas iniciativas que buscan estudiar, contener y revertir este proceso, sin embargo, la reciente sanción en el Senado nacional del proyecto de Ley de “Adaptación y Mitigación de Cambio Climático”, marca un salto de calidad en la materia, ya que institucionaliza las bases para definir estrategias y políticas públicas a largo plazo. La normativa deberá ser debatida por los Diputados para su aprobación definitiva.
Desde el punto de vista del abordaje, el transporte tendrá un rol clave, dado que esta industria representa una cuarta parte de las emisiones de CO2 relacionadas al sector energético a nivel global, con mayor crecimiento que ninguna otra en el planeta. A su vez, la movilidad es también uno de los mayores agentes contribuyentes a la contaminación del aire en las ciudades, causando la muerte prematura de más de 3.2 millones de personas cada año.
En relación al refuerzo de las medidas para preservar el medio ambiente, Gustavo Mañez, Coordinador de Cambio Climático para Latinoamérica y el Caribe de ONU Medio Ambiente, sostiene que “los hallazgos y recomendaciones de la comunidad científica son contundentes: debemos aumentar el nivel de ambición de las acciones que tomemos para remediar y contrarrestar los efectos del cambio climático, no podemos postergar la implementación”.
En este sentido, de cara a la COP25 – Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático – que se celebrará en Santiago, Chile, a finales de este año, FIA Región IV para Latinoamérica junto a ONU Medio Ambiente se encuentran acompañando a diversos países de la región para intensificar sus compromisos climáticos. Asimismo, ambas organizaciones vienen trabajando con el gobierno de Argentina, con el apoyo del programa EUROCLIMA+ de la Unión Europea, en el desarrollo de una estrategia nacional de movilidad eléctrica, con el fin de asistir a la nación en la descarbonización de sus sistemas de transporte y la creación de nuevas cadenas de valor y empleos, atendiendo requerimientos técnicos y de infraestructura, como tener autonomía, nuevas tecnologías de baterías, estaciones y tiempos de recarga.
Por otro lado, el fomento del uso de la bicicleta, uno de los medios de traslado más ecológicos dado que no produce contaminación ambiental ni acústica, así como otros medios alternativos de transporte, son ejes de la movilidad del futuro y es por ello que cada vez más ciudades impulsan su utilización.
Por su parte, el Diputado Nacional Juan Carlos Villalonga analizó las implicancias de la medida sanción del proyecto de Ley de Adaptación y Mitigación de Cambio Climático: “La ley de cambio climático que aprobó el Senado es un paso importante dado que, si bien no avanza demasiado respecto del trabajo logrado hasta ahora, otorga institucionalidad a los objetivos logrados e incluso convoca a las provincias en ese sentido. A nivel doméstico brinda mayor institucionalidad al tema, lo cual resulta fundamental. En paralelo, es importante destacar que se aprobó un proyecto de declaración ante la emergencia climática por parte de los Senadores. Aunque no es un instrumento operativo, expresa su preocupación y espero fervientemente que se traduzca a partir de ahora en la calidad de las votaciones de los senadores, particularmente en lo que se refiere a leyes relacionadas a presupuestos, impuestos y subsidios, que es allí donde se da la verdadera batalla para la transición energética”.
El proyecto legislativo prevé el establecimiento de instrumentos relativos al estudio del impacto, la vulnerabilidad y las actividades de adaptación al cambio climático, que puedan garantizar el comportamiento humano y de los ecosistemas. Además, insta a asistir y promover el desarrollo de estrategias de mitigación y reducción de gases de efecto invernadero en el país y a reducir la vulnerabilidad humana y de los sistemas naturales, protegiéndolos de sus efectos adversos y aprovechando sus beneficios.
Especialistas de FIA Región IV para Latinoamérica y ONU Medio Ambiente, ejemplifican los principales beneficios que podrían alcanzar a Buenos Aires y Rosario, si contaran con un sistema de transporte público 100% eléctrico para el año 2030:
– En el caso de Buenos Aires, se estima que podrían evitarse 6.279 muertes asociadas a la calidad del aire. En Rosario, la cifra sería de 446.
– Respecto al consumo de combustible, el ahorro en Buenos Aires sería de $ 10.569 millones de dólares, y en Rosario, de $ 611 millones de dólares.
– En cuanto a las emisiones de CO2, Buenos Aires reduciría 65,8 millones y Rosario, 3,5 millones.
“En un contexto ambiental de alerta, la transición hacia formas de movilidad más ecológicas se convierte en uno de los mayores desafíos de los gobiernos. En este proceso, estamos integrando a diversos actores incluyendo representantes de sector privado y legisladores con el objetivo de enriquecer el nivel de debate y generar espacios comunes de acción”, concluyó Diego Cosentino, Gerente Regional FIA Región IV.