Autoridades del Ministerio de Planificación e Infraestructura Pública de Mendoza se reunieron con arquitectos, ingenieros y especialistas para interiorizarse sobre una novedosa metodología de construcción a partir del aprovechamiento de la energía eólica, a través de tecnología swallow wind.
El método swallow wind es una tecnología de autogeneración de energía eólica que convierte en energía utilizable la gran potencia del viento cuando enfrenta y rodea edificaciones, naves industriales, silos o tanques, a través de turbinas eólicas dispuestas estratégicamente sobre su superficie.
A partir de este diseño, al enfrentar y rodear las edificaciones, el caudal eólico se acelera y se encauza hacia la zona de generación en donde se encuentran las turbinas ocultas dentro de canalizaciones. La potencia del viento se concentra y acciona con fuerza las turbinas eólicas, que convierten un altísimo porcentaje de la potencia del viento en energía utilizable.
La videoconferencia se realizó en el marco de los trabajos que se están desarrollando en el Laboratorio de Vivienda, y participaron el subsecretario de Obras Públicas, Jorge Simoni, y la directora de Arquitectura e Ingeniería, Verónica Fader. Los acompañaron miembros de la empresa nacional Tango Winds.
“Estamos en un país con un potencial eólico único en el mundo. Nuestro territorio está surcado por vientos con energía sin límite, listos para brindarnos calidad de vida y beneficios extraordinarios”, explicó Roberto Blanco, especialista que desarrolló y patentó esta innovadora tecnología. “Las canalizaciones dentro de las cuales funcionan las turbinas cumplen la doble función de aumentar su rendimiento y de ocultarlas total o parcialmente para hacer posible una perfecta convivencia con el entorno”, agregó.
El volumen central -que puede ser una casa, una escuela u otra edificación- sigue cumpliendo con el propósito original para el que fue construido y se convierte en el primer destinatario de la energía producida. Esto elimina los dos factores de más incidencia en el costo de la energía actual: el transporte y la distribución.
La suma de estas virtudes permite producir gran cantidad de energía en el mismo lugar en que se va a consumir y a una fracción de su costo actual. Como resultado, se genera un ahorro significativo en el consumo y se obtienen excesos de generación para su venta a necesidades vecinas o a la red eléctrica.
En definitiva, el usuario genera y consume su energía a una décima parte de lo que cuesta en el sistema actual porque la vivienda tiene la capacidad de generar 4 o 5 veces la energía que necesita.