Por Alejandro D. Brown, con la colaboración de Judith Mamani, Fundación ProYungas
Desde hace un tiempo me viene preocupando la forma que transmitimos a la Sociedad la problemática ambiental. Esta preocupación viene del hecho que cada vez se nota mayor escepticismo por parte sobretodo de los jóvenes, sobre el futuro del planeta y por ende una baja expectativa que las cosas pueden cambiar positivamente en un futuro.
Sin duda hay problemas, algunos muy evidentes, otros con interpretaciones contradictorias, pero objetivamente toda la historia de la humanidad ha estado sometida a fuerzas ambientales y sociales, que pusieron a nuestras civilizaciones en situaciones complejas. Sin embargo como Sociedad en conjunto las hemos sabido sortear, sobre todo cuando el diagnóstico es el correcto.
La pandemia de coronavirus nos ha sensibilizado al respecto y sin duda miramos con más atención lo que pasa en nuestro entorno inmediato y también en el horizonte global, y a veces también mezclamos y confundimos lo que pasa a nivel local o nacional, con lo que pasa a nivel mundial en otros países o contextos diferentes.
En un análisis sobre 241 artículos periodísticos publicados entre 2021 y 2022 en diarios de circulación preferentemente nacional (La Nación, TN, Pagina 12, Infobae, El País), notas que son replicadas en distintas redes sociales y de esta manera llegan a un público amplio y nos llegan por diferentes vías… y la repetición no hace otra cosa que magnificar la noticia y darla por cierta en su magnitud a fuerza de verla muchas veces en muchos espacios “diferentes”.
Del total de noticias analizadas, el 67.7% representaron noticias que generaban una mirada negativa sobre nuestra relación con el Ambiente en temáticas como Incendios forestales asociados a actividades productivas y expansión urbana, contaminación industrial, cambio climático asociado a inundaciones y temperaturas extremas, extinción de especies, deficiencias legales para abordar la problemática, y finalmente todo lo que se relaciona con enfermedades zoonóticas, es decir derivadas de nuestros contactos cotidianos con otras especies animales silvestres o domésticas.
En relación al porcentaje restante (32.3%) de noticias positivas, las mismas se centraron en la creación de nuevas áreas protegidas, manejo de especies críticas o vulnerables, aprovechamiento de algunos recursos de importancia para comunidades locales, eficiencia tecnológica, productos sustentables y visibilización de días especiales (efemérides) en la temática ambiental (ambiente, bosques, agua, humedales, árbol, etc.).
En líneas generales se puede interpretar que las noticias “negativas” son de amplio alcance geográfico y que las “positivas” tratan de temas más específicos, de alcance mayormente local, un área protegida, una especie, una tecnología o práctica amigable, un recurso silvestre. Esta dicotomía de escalas está en la raíz de la forma de encarar la problemática ambiental que debiera abordarse a la “escala de los problemas”, es decir con un alcance que supere situaciones especiales de ciertas problemáticas o geografías particulares.
Este enfoque más limitado obedece mayormente a que las “soluciones” ambientales son abordadas por un sector, el ambientalista, en tanto los “problemas” son atribuidos a otro sector, con mucho más poder económico y político y por cierto mucho más numeroso y distribuido por la geografía de nuestro país. Pero en esta dicotomía está justamente la solución, si ambos sectores trascienden la comodidad de sus respectivas “zonas de confort” y se avienen a trabajar juntos, que dicho sea de paso, es la única forma de ser exitosos en tener un ambiente sano a la escala de lo que necesitamos como humanidad para garantizarnos un futuro deseable y agradable de ser vivido y proyectado.
Es fundamental este encuentro entre lo ambiental y lo productivo, como dos caras de la misma moneda, la del desarrollo sustentable y es importante también que ambos sectores trasciendan las fronteras de sus universos temáticos para atreverse a comunicar juntos y positivamente.
Además de encarar problemas importantes a resolver, estaremos dando un mensaje positivo a a la Sociedad, porque sin esperanzas no hay cambios posibles. Ese es inclusive el mansaje de los “Cuatro Jinetes del Apocalipsis” en los cuales, entre la Guerra, el Hambre y la Muerte, cabalga en su corcel blanco la Esperanza para intervenir y transformar lo que sea posible y necesario…